Don Pedro Muñoz Seca Aunque su obra más conocida es "La Venganza de Don Mendo", pieza maestra de la "astrakanada", Muñoz Seca, como se dice, "las pillaba al vuelo"; y en seguida, sin pensárselo poco ni mucho, le salía la chispa. Cierta vez, una señora americana lo llama por teléfono para acordar el envío de unos libros; el problema estaba en que en el hotel en que se hallaba hospedada, no había servicio de "botones". Y Don Pedro suelta así, sin pensarlo: -"Es la primera vez que oigo hablar de una americana sin botones..." A continuación, estas muestras, sacadas de algunas de sus obras: "El verdugo está apretando la argolla al ajusticiao; le ha dao ttreinta y cinco vueltas y el reo está preocupao." (de "los cuatro Robinsones") Y esta perla de piropo: "Mira qué bonita eres, que en andar se adivina que te llamas Catalina, Catalina Gómez Pérez." (de "el Escándalo") O este otro trozo, de "la Mala uva": "No me dejo de acordar lo que de mí te burlaste, cuando te apretó el verdugo y la lengua me sacaste." Fiel a sí mismo, a su hombría, entereza y valentía, cuando iba a ser fusilado en Paracuellos del Jarama, se dirigió al piquete de fusilamiento y les espetó: -"Me habéis robado todo. Me habéis quitado tanto, que nada me ha quedado. Pero hay algo que nunca podréis quitarme; y vosotros, menos que nadie: ¡el miedo que tengo encima en el momento presente!" Entero hasta el final, con la conciencia tan tranquila como el que en realidad está pagando por una culpa que no tiene... |