Hay una serie de coletillas, y durante el día de ayer las hubo para todos los gustos y falta de los mismos, que nos hacen replantearnos muy seriamente el tema de la Política (y sobre todo, de algunos políticos -no todos, afortunadamente-), en el sentido de si los sueldazos que cobran (porque ellos mismos se los han aprobado; lo cual no deja de ser indecente en tiempos de aumento diario del paro y recortes de sueldos masivamente a los empleados) son merecidos y justos. Porque a poco que se piense, algunos (los que mencionaba antes) no "trabajan"

por el bienestar
de todos los españoles, sino sólo de sus votantes y simpatizantes. "Simpatía" que en infinidad de ocasiones está por demostrar, a juzgar por la mala uva, mala baba, sectarismo y repulsa de que suelen hacer gala.
Decía que ayer se dieron bastantes casos de estos entre los "nuevos aspirantes a ricos, que pretenden vivir de la cosa pública". Veamos algunos ejemplos, a la hora de
jurar o
prometer "cumplir y hacer cumplir la Costitución" (la vigente, de 1978, no "la Pepa", la de Cádiz)...
Algunas respuestas de
Sus Señorías ya, son las que nos hacen pensar en manos de en algunos quiénes, hemos depositado nuestro futuro (que ya de por sí, trabajando todos, sin fisuras ni tonterías, se ve bastante oscuro).
La primera: "Por imperativo legal, prometo". Y alguno que otro -"nacionalista", claro- manifestó posteriormente a los periodistas: "...mientras no tenga la mía propia".
Segunda (del "iluminado visionario" Cayo Lara): "Prometo, pese a ser republicano" (más o menos)...
Pues bien, señores diputados: a Ustedes, que tan valientes demuestran ser, "échenle bemoles y no cobren un euro, renunciando a sus sueldos, mientras no vean colmadas plenamente sus aspitraciones políticas".
Ah, eso no, ¿verdad?... Pues sería lo lógico, ya que ustedes cobran de
todos los españoles, tengan la ideología que tengan. Y en caso de no renunciar a todo el montante de sus honorarios, al menos pidan un estudio porcentual de sus votantes... ¡y ajústen sus sueldos exclusivamente al porcentaje equivalente de los impuestos que sus afiliados, votantes y simpatizantes devenguen! Demuestren que son tan honestos, dignos e íntegros, y que están actuando según sus "superiores valores morales".
De todas formas, la respuesta que menos mala uva tuvo, fue la empleada por el que manifestó: "Lo juro... ¡por la gloria de mi madre!"