Riogordo - Malaga

David Torres ha comprendido, dice, al fin, cómo funcionan las agencias de calificación: “Son clavaditas a unas porteras cotillas que había en mi barrio. No barrían ni fregaban ni curraban en otra cosa que no fuese la delación y la maledicencia, tenían el portal como una pocilga pero de los chismes de los vecinos no se le escapaba ni medio. De modo que Zapatero iba a tener razón y se puede aprender economía en dos tardes. Porque si algo nos ha mostrado la crisis es el auténtico rostro de las grandes corporaciones, los grandes banqueros y los dueños del cotarro. En fin, que da un poco de pena y un poco de asco comprobar que por ahí arriba las cosas no pasan del nivel de la cochambre”.