Leyendas de nuestro padre jesús nazareno de riogordo (1a parte) Reconocida, y un punto de referencia no sólo a nivel provincial sino na- cional y europeo, es la representación que se hace durante dos días, Viernes San- to y Sábado de Gloria, de algunos pasajes de la vida, pasión y muerte de Jesús de Nazaret en el pueblo axárquico de Riogordo. Aunque hay referencias de repre- sentaciones en la localidad en siglos anteriores, la actual se inició en 1951 siendo dirigida por Tiburcio Martín Toledo y Ricardo Sánchez Mezcua, y basado en un libreto del siglo XIX, complementado y per- feccionado. A partir de ese año, son los vecinos del pueblo quienes se convierten en actores, -actualmente algo más de 500 vecinos- sin recurrir a profesionales de la interpretación, y que año tras año demuestran ilusión, entrega, seriedad y esmero para hacer disfrutar a quienes vean esta declarada “Fiesta de Interés Turístico Nacional” denominada como “El Paso”. Pero si todo el pueblo demuestra pasión por su “Paso”, no hay que olvidar otros momentos emo- cionantes que el pueblo demuestra en su Semana Santa y durante todo el año, como es la gran devoción que sienten sus vecinos hacia la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, imagen que recorre las calles de su querido pueblo el Miércoles Santo, el Viernes de Dolores y el día de su festividad (15 de agosto). Este “Padre amoroso” del pueblo de Riogordo tiene sus leyendas, unas más conocidas que otras, y han hecho entre otras circunstancias que la imagen tenga numerosos devotos y sea muy querido en el pueblo y sus alrededores. EL NAZARENO QUISO QUEDARSE EN RIOGORDO.- Cuenta la leyenda que la locali- dad de Vélez Málaga, hace mucho tiem- po, encargó la talla de un Nazareno a uno de los importantes talleres de imagi- nería que se encontraba en Antequera, y una vez acabada la talla se dispusieron para el traslado hacia Vélez, por dificul- tosos tramos y a dos jornadas de camino. Transportando la imagen hacia su desti- no, la noche acechaba estando a la altura del pueblo de Riogordo, y fue allí donde los porteadores de la imagen decidieron descansar para iniciar el camino a la ma- ñana siguiente. Pasarían la noche en una posada del pueblo, pero acordaron que el citado lugar no era el más apropiado para tan sagrada imagen, y tampoco vie- ron decoroso que se quedara en el carro de transporte junto a las bestias que lo trasladaba. Preguntaron a los dueños de la posada si existía alguna ermita o lugar sagrado cercano donde se quedase la talla, al ser un sitio seguro y acorde, y estos no dudaron en llevar al Nazareno Por Salvador Valverde Gálvez LEYENDAS DE NUESTRO PADRE JESÚS NAZARENO DE RIOGORDO (1a PARTE) |