Riogordo - Malaga

Pasada esta Semana Santa tan fuera de toda norma (por el agua), vamos darnos unos caprichos. Empezamos por este "Capricho Italiano", de Tchaikovsky:

Más que poca sensibilidad, hay que ser un auténtico ceporro para no apreciar la buena Música (así, en mayúscula), que no está reñida con la alegría, ni mucho menos.
Y cómo dejarnos atrás el "Capricho Español", de Rimski Korsakov:

Y el último capricho que me doy, al menos por hoy, es este glorioso "final" de la "Obertura Solemne 1812", de Tchaikovski, compuesta para celebrar la victoria rusa sobre las tropas napoleónicas. Tanto los cañones como las campanas son reales:

Me gusta de vez en cuando regalarme con este "capricho" (la "Marcha Eslava", de Tchaikovski). Relajante y enervante a la vez:

Habréis observado (quienes hayáis tenido la sensibilidad y la paciencia de escucharlas) que en estas dos últimas composiciones,el tema principal es elñ antiguo himno ruso "Dios salve al Zar". Con él terminan y desde el principio van buscándolo y alanando el camino para encontrarlo.
Con la llegada de los soviets, la primera figura que se suprimió de las orquestas fue la del director ("aquí todos somos iguales"). Figura que se hubo de recuperar en cuanto se comprobó que así, cada uno entrando y modulando por su cuenta, nada podía funcionar; así que la cordura se impuso a la estupidez idealista.

Bien, y cambiando de tema, otra pieza clásica que en su estreno fue pateada y silbada; cosa que no pudo ocurrir con la "Obertura 1812", que no se llegó a estrenar, por considerarla la crítica demasiado ruidosa y carente de fuerza expresiva -no, si hay críticos que ya sabemos por qué se dedican a dichas labores: por su incapacidad creativa-.
Me estoy refiriendo al hoy famosísimo "Bolero", de Ravel:

A algunos solistas, como vemos, les habría venido muy bien dos o tres horas más de ensayo...

Cuando el Arte se conjuga con la juventud y las ganas de virir, es capaz de hacer maravillas humorísticas como ésta, de la Orquesta Juvenil de Venezuela. No por el hecho de ser empleados por Hugo Chávez como propaganda, les quita el enorme mérito...

¡Fantásticos! Son capaces hasta de interpretar magistralmente, a Beethoven, pese a su edad:

¿Imaginais la que liarían en Salzburgo (tan "serios y graves"), con esta forma de interpretar a los clásicos...?