Riogordo - Malaga

Se nos enseñan muchas cosas-dice con frecuencia el joven-,menos a pensar ni a vivir.Es lógico el resultado.Los Hombres medio instruidos,pero no educados,tienen su inteligencia y su corazón punto menos que salvajes;oscilan al azar,guiados por un oscuro instinto más difícil de interpretar que el oráculo de Défos;ignoran el arte de formar ideas propias y el servirse de las ajenas, y la anarquía de su derivado pensamiento se refleja en la inconstancia de su conducta,que por fáciles modos se envilece en el egoísmo y el ateísmo pr´ctico.Así, la sociedad contemporánea, hija de aquella psicología para la cual la nota característica del espíritud es el pensamiento, no ve enel hombre más que la inteligencia, y en la inteligencia, el entendimiento; es decir, la fuerza de penetración y acomodo de los pormenores.Así también el gobierno de esta sociedad no está,como suele decirse, ni en manos del dinero, ni de la fuerza,sino del talento,de los hombres sagáces,astutos,rápidos de comprensión,descreídos de ídeal y expeditos de lengua.(nuestro idioma es rico,no pepetitivo,en hombres va implícito y mujeres o mujeres y hombres,no hay que rizar el rizo,español el idioma más rico)

Entre las varias consideraciones tenemos al ateo -es decir ,que piensa y se quiere llamar tal,no el ateo práctico, instintivo y conservador,que diriamos y al cual se le importa un ardite de todos estos problemas,aparentando por conveniencia creer lo mismo que desprecia en sus adrentos, entra a su modo en esa comunión universal,mejor que muchos pseudoreligiosos,pues ya dijo una autoridad inspirada:"!Cuántos están en la Iglesia visible sin entrar en la Iglesia invisible,y al contrario"!