Riogordo - Malaga

Si el juez Ruz está dispuesto a ir hasta el fondo en el ‘caso Faisán’, otro asunto de estos días el ‘caso Mercasevilla’, cuenta también con un juez justiciero: la magistrada Mercedes Alaya.

Alaya acaba de imputar al gerente de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla, Juan José Millán, por venta fraudulenta de suelos municipales, tras haberlo hecho en octubre con el anterior gerente, Manuel Marchena, persona de la máxima confianza del alcalde, el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín.

Lo que empezó siendo un caso de soborno ha derivado ya en cinco causas judiciales, una de ellas, la más ‘sangrante’ desde el punto de vista de la opinión pública, los ERE’s falsos, que han alcanzado a socialistas y sindicalistas.

Algunas fuentes andaluzas empiezan a apuntar que este escándalo puede sobrepasar los mil millones de euros defraudados, que han ido a parar a amigos, conocidos y compañeros, a subvenciones… Se mira a CCOO y a UGT, pero también se empieza a hacerlo con la Confederación de Empresarios de Andalucía en la época de Rafael Álvarez Colunga (el actual presidente, Santiago Herrero es más reciente en el cargo).

Me cuentan que la juez Alaya, que también ha llevado la quiebra del Real Betis Club de Fútbol, donde se han nombrado administradores concursales, está dispuesta a llegar hasta el fondo con sus investigaciones en el ‘caso Mercasevilla’, después de que anteriormente ya le apartaron de él.

La magistrada considera que debe hacerse justicia, y para eso hizo ella y sacó la oposición. Y que se lo exige su lealtad como juez y como funcionaria de la Administración. Piensa, además, que su deber es velar por la buena aplicación de los fondos europeos y por la buena administración del dinero de los contribuyentes.

Aunque se trata de una persona discreta, sin embargo existe en Facebook una página “Jueza Mercedes Alaya” que tiene ya más de 1.000 fans.

Bueno, en el caso de los EREs falsos, lo único que está claro es que siempre aparecen elementos pertenecientes a las mismas siglas (PSOE-A), ya que no ha habido un gobierno andaluz de ninguna otra tendencia...

También hay que resaltarlo, con el visto bueno de la mayoría de andaluces que, por llevarse unas migajas del enorme pastel, han renunciado a pensar por ellos mismos, delegando en dicho partido ese papel. Así nos vemos hoy, a la cola de todas las comunidades autónomas, tanto en calidad de vida, en formación y estudios, en cultura política y cívica, en sanidad y casi en todo lo demás. Con una población rural acostumbrada a los subsidios... y para colmo, con una creencia firmemente arraigada de que "no son limosnas, son derechos".

Sí, en todos los lugares hay corrupción y malas prácticas, pero esa excusa no sirve... (salvo en nuestra región). Lamentable; y si la hubiera, de vergüenza. Pero es de temer que a estas alturas sea pedir demasiado...