Riogordo - Malaga

La sala de prensa estaba abarrotada. No sólo por la devoción al cine Woody Allen. También porque el realizador neoyorquino prometía un espectáculo detrás del micrófono. Naturalmente sin alterarse ni conmoverse.

La fórmula estribaba en "la seducción de la humildad" Fue la expresión que menciono a su vera Josh Brolin, protagonista de 'You will meet a tall dark stranger'. El título es una alusión ambiguo al señor de la guadaña, aunque Woody Allen lo tutea desde el sarcasmo.

"¿Qué pienso de la muerte? Muy fácil, siempre he estado en contra", sentenciaba este mediodía con un hilo de voz y sus gafas demodé. Tampoco están a la moda el jersey de pico ni los pantalones de tergal, pero el maestro ha adquirido una dimensión intemporal.

La misma que le permite prodigarse tragicómicamente en las cuestiones de la vida y de la muerte. "Seamos serios la vida es un acontecimiento penoso. Una experiencia que equivale a una pesadilla. Por eso nos refugiamos en las ilusiones. Vivir consiste en mentirnos a nosotros mismo, en engañarnos para huir de la realidad. La vida cara a cara es insoportable".

Las declaraciones no se recibían con angustia, sino entre carcajadas y estupefacción. Más o menos como si Woody Allen, titubeante y con 74 años sobre sus frágiles hombros, hubiera salido de la pantalla, a imagen y semejanza de "La rosa púrpura de El Cairo".

"Mi punto de vista es siempre el mismo. El mismo que tenía desde niño: soy un pesimista y un triste (...) Tampoco voy a cometer la torpeza de idealizar la vejez. Los años no te hacen mejor, ni más sabio, ni más generoso. Al contrario, deterioran tu salud y te impiden convertirte en el galán romántico que seduce a la chica".

Viene a cuento el comentario porque Woody Allen ni siquiera osa a escribirse papeles para sí mismo. No le gusta ser el anciano de sus propias películas. Prefiere reclutar a terceros. Incluido a Antonio Banderas, protagonista secundario del filme presentado en Cannes.

No vino el actor malagueño. Lo hicieron Naomi Watts y Josh Brolin, entre otros, aunque el protagonismo de la ceremonia de bautismo correspondió al ingenio de Woody Allen. Envalentonado y sembrado delante de una platea incondicional. "Les daré un consejo a todos: si pueden, no envejezcan".

Genio y Figura.

Pues eso tiene una difícil solución, porque "morituri habemus". Y aunque se vaya uno a la puerta del cementerio "a verlas venir", no por eso va a esquivar el tiempo de la vejez...

Lo que pasa es que a la gran mayoria le dá "miedo" hablar de la muerte a sabiendas de que es lo mas cierto que hay!

Pues al alma que le toque la llamada, no podrá atrasar ni recular ni un solo instante! En la vida real, en la virtual, es harina de otro costal!