Riogordo - Malaga

Y ya (nadie esperaba menos) han comenzado los rifirrafes, a cargo -cómo no- de la llamada "izquierda" (más bien "ultraizquierda"?, pretendiendo imponer su criterio desde la misma toma de posesión. Eso del señor (que "señoría" es otro concepto bien distinto) Cano Palomino, como antes el "señorito" Maillo, de pretender aparentar una "solemnidad" que ni tienen ni respetan, no hace sino empeorar su propia situación.
¿Qué pretendían ambos, hacer como que prometían el cargo, pero "por imperativo legal", como ya hiciera Sánchez Gordillo, añadiendo a continuación una sarta de estupideces, tales como "hasta derogar todo lo establecido"...? Esos "discursitos", que los dejen para sus arengas de mítin, dando siempre la misma nota casposa y llena de odio hacia todos quienes no somos como ellos...

Y luego, se quejarán de que en VOX siga creciendo en número de votantes... Más les valdría hacer un buen "examen de conciencia" para ver en qué han fallado, para así enmendar sus errores -los que les han llevado a tener que jugar el papel de "perdedores naturales", tras más de cuarenta años ya. ¡Ah, no!, ¿pero qué digo?... Si ellos siempre llevan la razón; somos los demás quienes vivimos en el más completo error...
Pues muy bien, después, que no se quejen tanto.

Otra serie de "detallitos" nos ha dejado el día de hoy: el mal perder y pésima mala uva de quienes se creían "los amos del cortijo", tras casi cuarenta años de mangonear y desfalcar las arcas andaluzas a diestro y siniestro; por ejemplo, dilapidando fondos de los "EREs" (destinados a cursos de formación para los parados), gastados en "clubs de alterne", mariscadas a granel, y cocaina (y otros detalles más, a cuál más sórdido).
¿Y la ex-presidente (es la palabra correcta) de la Junta, perteneciendo a dicho partido, tiene la desfachatez y la poca dignidad de llamar a este pacto de gobierno "el pacto de la vergüenza"?... ¿La vergüenza de quién, de quienes han estado robando y malversando a mansalva?...

En fín, confiemos en que a partir de esta fecha, los andaluces seamos capaces de demostrar todas las grandísimas cualidades que nos adornan, dejando de ser los pobres parias de España. El primer paso, que era lo principal, ya se ha dado.