Riogordo - Malaga

Aunque nadie (a no ser los descerebrados extremistas islámicos -cualidad que los hace incapaces básicamente-) sea capaz de comprender, porque la mediatización ideológica tiene su peso, la situación actual que estamos viviendo, estos fueron los comienzos. Por alguna parte hay que comenzar.
Pero dichos comienzos no justifican en modo alguno el fenómeno actual del terrorismo a nivel mundial. Eso sólo se explica por el fanatismo, que lleva al exclusionismo y éste a la violencia:

Última parte:

De un extremismo nos vamos a otro: el llamado "nacionalismo catalán". Con más ganas que base histórica y cerrados a cualquier otra opinión que no coincida con la suya. Aquí se analizan los comienzos del movimiento en cuestión:

En esta entrevista, Joaquín Leguina analiza y pone en el sitio justo al -con muchísima diferencia- hasta ahora peor Presidente del Gobierno Español:


¿Leguina también es un "facha"?... Porque el hecho de catalogarlo así lo que haría sería catalogar ("retratar", también dicho) al catalogador...

Las comparaciones son odiosas... sobre todo, para los que salen perdiendo. Y en este pais (España) salimos perdiendo casi siempre; la mayoría de las veces:

Cuando los políticos se olvidan de que fueron elegidos para gobernar -y gobernar bien, además- y se dedican a "otros menesteres" (quien quiera, se lo tome por donde le dé la gana), la cosa acaba en esperpento:

Una entrevista divertida y sin desperdicio, con el tema del esperpento:

Llamando a las cosas por su nombre. ¿Justicia, o mera Legalidad? Ambos conceptos no casan, en la mayoría de ocasiones. Parecen no hermanas gemelas, sino primas peleadas.
Según Pedro Pacheco hace años ya, "la Justicia en España es un cachondeo"; pero lo cierto es que "está de pena":

Explicación sin subterfugios ni encajes mentales de bolillos:

El "asunto Garzón" también se estudiará, sin duda, en un futuro más o menos próximo. El caso de un "juez estrella" que se creyó su propia leyenda, y que inició uno de los más sonados casos de corrupción (la "trama Gürtell"), pero por su propia egolatría echó todo a perder; tanto, que incluso le costó la carrera: