Día de la Constitución Como todos los 6 de Diciembre, hoy es (que se celebre es distinto) el Día de la Constitución Española. De la aprobada en 1978, que de las anteriores no queda ni "memoria histórica". Qué se le va a hacer si los españoles tenemos esa pésima memoria para nuestra propia Historia. Bueno, eso... o (lo más probable) que ni la sabemos, visto lo visto... Retrotrayéndome al día en que la votamos -ya ya ha llovido-, aunque en cuestión de redacción literaria no hay un pero que ponerle (el propio Camilo José Cela fue uno de sus redactores, así que háganse idea), recuerdo que personalmente tuve mis dudas del sentido de mi voto -de si afirmativo o negativo-, al final decidí que votaría a favor. Dichas dudas estribaban en que dejaba demasiadas cosas, demasiados conceptos, muy poco definidos; así "como en el aire". Lo que son las cosas, 36 años después, mis temores iniciales se han ido confirmando. Las coletillas tan abundantes de "según determine la Ley", como me temía, han dado mucho terreno (demasiado) para que metieran mano las antes llamadas "regiones", hoy denominadas "Comunidades Autónomas"; muchas de las cuales, al caer en manos "poco apropiadas" (suavizando mucho la expresión), han ido apropiándose de campos sociales que siempre pertenecieron al Gobierno de la Nación; a lo que viene siendo el Gobierno Central. Aspectos como la Sanidad, la Educación, las Pensiones y escenarios análogos, estamos hartos y hastiados de verlo, nunca debieron caer en semejantes manos, movidas por tales cerebros y con ideas claramente disolventes del Estado en general. Al día de hoy, y desde hace algunos años, hay voces (más bien "voceros") que exigen (no solicitan) la Reforma urgente de la misma. Bueno, es un hecho que se puede considerar "normal". Soy partidario de dicha Reforma, considerándola incluso "urgente", siempre que no afecte a temas y artículos "intocables". Ciertos temas son fundamentales (sin ser "fundamentalistas") y deben ser considerados inamovibles. Por supuesto, nunca daré mi voto afirmativo para volver a repetir errores pasados, que costaron sangre y vidas de compatriotas. Eso, vaya por delante. Pero hay otro grupo, de reciente aparición, que nunca contarán con mi aprobación ni con mi voto, que promulga la supresión constitucional sin más. Así, sin anestesia. Un grupo que mantiene su oposición a la totalidad del texto constitucional con el inútil, infantil, caprichoso y de niños malcriados pretexto de que ellos "no la pudieron votar". ¡Tócate los "güitos"!... Como si el mundo existe antes de su nacimiento no valiera nada, ni hubiera nada anterior a su aparición en la tierra que mereciera la pena; ni de existir, ni de ser conservado... Infantilismo deliroide y egocéntrico, simple y llano. ¿Quién, en su sano juicio, se atrevería a pensar y pregonar a voz en grito que (por poner algunos ejemplos) ni las catedrales románicas, góticas, renacentistas y neoclásicas; que los puentes, las calzadas y los acueductos (el de Segovia sin ir más lejos, entre ellos); que el Arte clásico, el románico, el barroco y el gótico, carecen de valor, porque como estaba antes de nuestro nacimiento, no nos pidieron permiso para hacer tales maravillas de la Humanidad? ¿Y estos tienen la aspiración de ser, en breve espacio de tiempo, considerados máximos responsables y representantes de nuestro pais? Allá el mundo y sus "chalaúras"... |