Pese a todos los problemas; pese a todas las trampas del virir; pese a tanto papagayo adocenado que recibe y sigue consignas; pese a la propia Humanidad, la vida sigue su curso...
Que les pregunten, si no, a todo el "ranerío" del pueblo. Qué gran ejemplo para los que nos hacemos llamar "personas": las ranas siguen su ciclo de vida (más bien corta, es verdad) a su aire; siguiendo sólo las directrices que la Naturaleza les dicta a su cerebro (con más o menos capacidad memorística, lo tienen), sin hacer daño a nadie -porque no entra en su "natural"-, simplemente viviendo. Qué magnífico ejemplo para los humanos (capaces de entender estas pequeñas parábolas que la vida nos brinda).
¡Menudo concierto raneril! Y polifónico (o multifónico, más propiamente)... Es la suerte de saber escuchar el canto de la Naturaleza. Pues muchos, a pesar de vivir muy cerca de la misma, o son incapaces de entenderla, o han cerrado e impermeabilizado sus oidos a tal sinfonía.
Hay quienes hasta han sacado canciones a este hecho, no os digo más...