El gobierno sigue en plan facha… y se queda tve el Gobierno se ha puesto manos a la obra, y ha decidido solucionar inmediatamente este problema del mismo modo que lo solucionó en su día su gran maestro y progenitor, el dictador Franco. Con la disculpa de ahorrar 12 millones de euros en sueldos de consejeros de la televisión pública, o dicho para que mejor se entienda, de TVE, la vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció el pasado viernes que se reformaba (por decreto-ley) el Consejo de RTVE, reduciendo sus miembros de 12 a 9, y eliminando los sueldos de estos consejeros. A partir de ahora el presidente de este Consejo será elegido en el Parlamento por mayoría absoluta – es decir, por el PP – y no por los dos tercios como se venía haciendo hasta ahora, en consenso con el resto de fuerzas políticas para buscar un equilibrio a la hora de mentir al ciudadano. Lo que omitió la princesita de decir fue, que dos de los tres miembros eliminados correspondían a los representantes de los sindicatos, que a partir de ahora ya no tendrán ningún delegado en el Consejo de RTVE. Es cosa sabida que los sindicatos no son gratos a este gobierno, y mucho menos desde que le plantaron cara, convocando una Huelga General que reclamaba el Pueblo a voz en grito. Ya hace tiempo que vengo diciendo que el Partido Popular ha perdido las formas y ha vuelto a sus inicios, nos está enseñando su verdadera cara, la de los herederos del franquismo que son, tanto en su pensamiento como en sus formas. La decisión de eliminar al Parlamento en el control de la televisión pública, no es otra cosa que la obtención del poder de designación de un comisario político que garantice la utilización de tal medio público como altavoz del poder, dejando sin voz a la oposición (ya de por sí mermada en lo que a medios de comunicación se refiere) y consiguiendo que pase a ser parte del aparato de propaganda y adoctrinamiento del propio partido. Nuevos informativos con noticias puestas al día, y sobre todo, imparcialidad Quien controla los medios de comunicación, controla lo que la gente piensa porque determina aquello de lo que se habla, y lo que es más importante, un solo punto de vista, el pensamiento único, y la tenencia de la verdad. En las democracias representativas, que se rigen por encuestas, imponen la política, las agendas a través de las audiencias, y en cierto modo, la ideología, o para ser más exactos, la ausencia de ideología política marcada por los sondeos, y en la actualidad, por un poder económico por encima del político. Esa ausencia de ideología, o finalidad política, es lo que nos venden los medios informativos, y a través de ellos, el apoyo o rechazo de las masas. El Gobierno Popular (odio dar este nombre a estos energúmenos) ha ido copando el poder desde que llegó a él, y conoce al dedillo esta táctica. El control de los medios de comunicación ha de ser total, al igual que el resto del aparato del Estado, tanto represivo como ideológico. El represivo, ya lo han puesto en marcha con la ley sobre manifestaciones y la pretendida ley sobre huelgas que desea la Patronal, y el ideológico, ahora, cargándose la televisión pública, único medio más o menos imparcial que podría existir. Así, combinando ambos poderes, se puede conseguir el conformismo y la pasividad del Pueblo ante una política agresiva contra sus derechos y libertades y lesiva contra sus propios intereses, que le dejará sin patrimonio y arruinado y endeudado durante años, en nombre de una crisis de la que no tiene culpa, pero que ha sido utilizada para restablecer nuevamente la ideología y las formas tan añoradas por muchos, del nacional-catolicismo español, por los herederos del mismo, 37 años después de la muerte del caimán, y respetando una Constitución y una forma de representación de Estado, una monarquía cada día menos respetable y respetada, que él mismo eligió y que dejó atada y bien atada. Los NO-DO, y la guardia pretoriana del periodismo hispano, esa tropa de mercenarios que ya ni se molestan en disimular, y que en lugar de rebatir posturas y argumentarlas, directamente insultan y calumnian, bien desde las televisiones locales, como Canal 9 o Telemadrid, o desde sus infumables medios escritos, como La Gaceta, La Razón, y demás bazofia, seguirán haciendo gala de su miseria intelectual, y guardia frente a los luceros del alba, de ese amanecer que nunca termina de iluminar España. Y en muy poco tiempo, todos felices, nos habremos olvidado – al igual que hubo asesinados por el franquismo en la posguerra – que también hubo una Sanidad Pública, y una Educación Pública de calidad, que los hijos de los pobres podían ir a estudiar a la Universidad, que los trabajadores gozaban de unos derechos laborales y sociales, y que los ciudadanos de este país llamado España, tenían una cosa que se llamaba dignidad. |