Mollina - Malaga

Manuel Ortega



Las hordas fascistas del Gobierno del PP avanzan, al paso de oca, arrasando el Estado mal llamado de Bienestar para imponer su mandato de mayoría absoluta.

Reduce mejoras sociales en Educación y Sanidad, desprotegiendo a los sectores más débiles de la sociedad.

Ahora, convierte a la Radio y Televisión públicas en aparatos de propaganda fascista,sin permitir ni una voz disidente.

El PSOE se lamenta y anuncia un recurso ante el TC.

¿De qué se queja ahora el PSOE que desde mayo de 2010 se entregó a los brazos de los mercados, pactando con el PP la reforma de la Constitución por imperativo de la Sra. Merkel?.

Zapatero permitió el acceso al Gobierno del PP, que era, por su naturaleza, el llamado a continuar la labor emprendida por el PSOE, como tropa de refresco en la tarea de profundizar en la construcción de un modelo basado en la destrucción de sindicatos y organizaciones de trabajadores.

En dar todo el poder a los empresarios y en meter en cintura a una juventud díscola e inconforrmista.

Las consecuencias de esa política emprendida por el anterior gobierno del PSOE, son las que estamos padeciendo.

Los agentes al servicio del BCE, del FMI y de las grandes empresas prosiguen sumisamente sus dictados.

El Gobierno del PP, como antes el del PSOE, son meros instrumentos que se someten servilmente a sus amos, entregando, no sólo las economías de los mas necesitados, sino también, los derechos y libertades democráticas y la soberanía nacional a la voracidad insaciable de los mercados.


Las organizaciones que se oponen a este estrago nacional:

no sólo protesten con impotencia, que no se rasgen las vestiduras ni se mesen los cabellos, que movilicen a los ciudadanos para acabar con este estado de cosas, que desde los barrios y pueblos sean capaces de encauzar esta protesta popular que cada día va creciendo.


Es su obligación.

Si no son capaces, serán también arrollados por la furia ciudadana, como elementos integrados al sistema.