Violencia es cobrar 400 € al mes Por Francisco J. Lifante Los chavales o “violentos”, como se les denomina oficialmente por el cuerpo de tertulianos televisivos (como si violencia no fuera cobrar 400 € al mes), han golpeado con ladrillos y adoquines el panorama de la actualidad nacional. Esperanza Aguirre “la privatizadora”, primera de Madrid y quinta de la calle Génova, junto con un andaluz cuyo nombre desconozco y con pinta de señorito del mismo lugar, han afirmado que el PSOE está detrás de los incidentes. No sé si se referían a los mismos ministros de interior socialistas que mandaban a dar caña en Barcelona a los del 15-M antes de las elecciones municipales. Lo sorprendente es la facilidad de los dos principales partidos para situarse a un lado u otro de la barricada, ya sea bien por acusaciones mutuas o por convicción. Hace no muchas fechas, el PP “secundaba y llenaba”, según el propio Rajoy, las manifestaciones “pro vida”, o lo que es lo mismo, las manifestaciones que orquestaba el Opus y cía. La gran diferencia es que a éstos nadie les pegaban porque ya lo hacen ellos mismos en la intimidad, ya saben: látigos, cilicios y un largo elenco de instrumentos de auto tortura que se han inventado los cristianos para redimir sus pecados, que no han sido pocos. Que el PSOE esté detrás de las movilizaciones es algo evidente, aunque no es creíble. Puede que estén presentes en las protestas por omisión en todo caso, que es como estar sin estar. Pero el PP insiste en que los demás asuman lo que es su propia obligación, mantener el orden público, y a eso se contribuye no fastidiando al personal con recortes en los servicios públicos básicos. Por tanto podríamos concluir que de ésos lodos estos polvos. Vamos que tienen lo que se merecen, y aún se me antoja poco para lo que tiene que venir todavía. Ya empiezan con el rollito tan bueno de que si los demás no condenan cosas igual de enérgicamente que ellos no son demócratas. Y ése es un juego muy peligroso, ya que significa aquel viejo anacronismo fascista de “o están conmigo o contra mí”. Si esperan que condenemos las reacciones que ellos mismos provocan, van listos. Otra cosa es que el mobiliario urbano tenga o no la culpa de algo, aunque el monopolio de las armas en España la tiene un cuerpo de policía represor y totalitario, es decir, que si eso es lo que les preocupa, la próxima vez habrá que intentar que se traigan los ladrillos de su casa recién desahuciada. Intentan criminalizar la lucha en la calle descaradamente. En fin, simplemente sinvergüenzas, me temo. |