La degradación de la clase obrera Ayer se pudo ver en Televisión, cómo determinados comercios regalaban a sus clientes papeletas para participar en un sorteo cuyo premio consistía en un puesto de trabajo por un periodo de tres meses. Esta noticia reafirmó, con pesar, la idea de que hemos llegado a tal punto de degradación social, que los derechos más fundamentales de las personas, como es el derecho al trabajo, consagrados en la Constitución (Art. 35) han quedado sometidos al azar de una rifa. "El derecho a una vivienda digna y adecuada" (Art. 47 de la Constitución) está siendo pisoteado por la codicia de los bancos. Todos los derechos y libertades de las personas, recogidos en la Constitución de 1978, están siendo vulnerados vergonzantemente. Sólo siguen vigentes los artículos referidos a la monarquía, a su sucesión, a la inviolabilidad de sus actos. A la integridad de su territorio.... Cuando, por necesidades del poder, hay que modificar el texto de la Constitución, se hace negociando para obtener mayoría sin otro tipo de consulta, sin contar con la opinión de otras fuerzas políticas. La Constitución de 1978, ya no sirve más que para ser usada en beneficio de los poderosos. No es una Carta Magna. Es un catálogo de obligaciones para una parte, la más débil, y de unos derechos ciudadanos sometidos al arbitrio del poder. Es necesario un Proceso Constituyente, que elabore otra Constitución democrática, que respete los derechos de las personas y que sienta las bases para la construcción de un tipo de sociedad libre y justa. Porque hay alternativas a esta dictadura fascista. ¿Quieres derecha? pues toma derecha, toda para ti |