Mollina - Malaga

"Vamos a contar mentiras...", Señor Rajoy


Señor Rajoy: Haga una lista de todas las mentiras que nos contó a los españoles en los pocos meses que lleva de gobierno. Seguro que bate el record de todos los políticos. Y no solo las contó usted, sino que contagió a los suyos, que las repiten todos los días y a todas horas.

Además las cuentan con el mayor descaro. No les da vergüenza ver como los medios las repiten a todas con las mismas palabras de ustedes: Hoy dicen una cosa, y a los pocos días aparecen diciendo justo lo contrario sobre la sanidad, la educación, los impuestos, las pensiones, la reforma laboral, el IBI, la amnistía fiscal (definida por la Sra. Cospedal como injusta, antisocial y una barbaridad pero ahora ya aplicada por ustedes), etc.. No se iba a tocar nada de esto y ya todo está tocado y muy tocado. Ahora tenemos en puertas la mentira del IVA.

Nos repitieron sin parar: "No se va a tocar el IVA". Esperemos unos días y veremos. Si incumplir las promesas electorales fuera delito, ¿cuántos años de cárcel le tocarían a usted, señor Rajoy?

Señor Rajoy: cada semana anuncia nuevas medidas de recortes o de impuestos. Ayer, día 2 de julio, nos anunciaba más para los próximos días, todas ellas contradictorias con lo que nos había dicho en campaña electoral, y que están castigando y penalizando muy duramente a los sectores más débiles de la sociedad como los inmigrantes, o los parados, y muchos pensionistas. Esta manera de proceder, sumada a la corrupción de un número considerable de políticos, ha conducido a la ciudadanía a considerar la política objeto del mayor descrédito.


Todo son medidas improvisadas, precipitadas, no creíbles para los mercados. Usted con sus políticas de recortes a diestro y siniestro, subidas de impuestos, y ahora subida de la luz, el gas natural, el butano, los carburantes, el recorte de salarios, etc., lo que está haciendo es disminuir el poder adquisitivo de los ciudadanos: a menos poder adquisitivo, menor capacidad de compra, a menor capacidad de compra menor consumo; a menor consumo menor producción; a menor producción más paro, a más paro más gastos y menos ingresos para el Estado y más déficit; a más déficit menos servicios; a menos servicios menos empleo público y peor calidad de vida. Una nefasta cadena que la comprende cualquiera.

Por muy bajos que sean los salarios, por muy sumisos que sean los sindicatos; porque el despido sea cada vez más barato, porque los derechos de los trabajadores sean cada vez más débiles y los de los empleadores más fuertes, todo eso no va a servir de nada porque las empresas no van a tener a quien vender sus productos porque el consumidor no va a tener capacidad para comprarlos.

Usted, señor Rajoy, está recortando drásticamente los empleos en servicios públicos: España tiene un 9 % de su población trabajando en estos servicios. Si tuviera el mismo porcentaje que Suecia, el 25 %, tendríamos 5 millones más de puestos de trabajo. Tendríamos 5 millones más de consumidores, tendríamos 5 millones más de cotizantes a la S. Social, tendríamos varios millones menos de subsidiados por el paro, etc.

Esta deriva, fruto como otras muchas, de toda esa política ultraneoliberal, que usted está aplicando a machamartillo ha dado siempre mal resultado. Ahora parece que les van a dar a los bancos una inmensa cantidad de millones: ¿A dónde van a ir a parar? ¿Qué van a hacer los bancos con ellos? ¿Van a llegar a las pequeñas y medianas empresas? ¿Van a atemperar los desahucios? ¿Van a generar más empleo público? ¿O acaso van a conducir a la privatización los más importantes servicios del Estado?

Recuerde, señor Rajoy, lo que pasó con la enorme cantidad de dinero que le dio a Rusia el FMI. En muy poco tiempo había desaparecido para colocarse en paraísos fiscales, en los bolsillos de grandes oligarcas, o en depósitos de los grandes bancos. El resultado fue que la clase media rusa casi desapareció por completo, pasando a engrosar el porcentaje de pobres del país.

En vez de recortar siempre a los de abajo, ¿por qué no recorta usted a los de arriba, por qué no sube usted mucho más los impuestos a quienes más ganan, por qué consiente a los bancos, a los banqueros y a los grandes empresas que tengan tantos miles de millones en paraísos fiscales? ¿Por qué se les consiente negociar especulativamente tanto con el dinero y tan poco con la producción industrial? ¿Por qué tantos sueldos y prebendas para los parlamentarios? ¿Por qué consentir tantos cargos de ex políticos en empresas privadas? ¿Por qué tantos consejeros, por ejemplo, en Bankia, para que ahora digan que no sabían lo que estaba pasando en Bankia? ¿Estaban allí solo para cobrar? ¿Qué hicieron todos los directivos del Banco de España que no vieron o no quisieron ver lo que pasaba en Bankia y en algunas Cajas? ¿Qué hacen ahora con los que se blindaron con jubilaciones e indemnizaciones millonarias en ellas, y ahora tiene que rescatarlas el Estado, o sea, todos los ciudadanos?

Una última consideración: los ricos y los grupos poderosos españoles (los bancos y la gran patronal) PAGAN EN IMPUESTOS SOLO EL 20 % de lo que pagan sus equivalentes de Suecia. Así el Estado no puede disponer de medios crear empleo o mejorar los servicios sociales. Eso es porque la política económica se pliega a los intereses de esos grandes poderes fácticos. Por tanto el problema de España, en contra de las mentiras que nos quieren hacer creer a todas horas para justificar los recortes en gastos o cobrarnos los medicamentos y las recetas, por ejemplo, no es un problema económico, sino un problema político. Es otra política muy diferente la que hay que hacer, pero ustedes se empeñan en hacernos creer que no hay otra alternativa diferente a la que ustedes están aplicando. Pero esa es la política que les interesa a los que más tienen y ustedes se la están ofreciendo en bandeja, pero que perjudica cada vez más a los que menos tienen.