Mollina - Malaga

Teresa Forcades es una atípica monja benedictina, que a buen seguro no contará con las simpatías de la jerarquía de la Conferencia Episcopal Española. Teóloga, médica, doctora en Biología, feminista y admiradora declarada de la Revolución Bolivariana de Venezuela, Forcades se dio a conocer por el gran público a raíz de sus denuncias sobre la gestión de la Organización Mundial de la Salud de la Pandemia de Gripe A en 2009. Una gestión que - según la religiosa - respondió a los intereses de las grandes multinacionales farmacéuticas, sobre cuyos "crímenes" también ha realizado algunos estudios.



La pasada semana, durante una entrevista concedida al programa Singulars del Canal 33, Teresa Forcades realizó un llamamiento a realizar una "huelga general indefinida" para resistir a las políticas impuestas por el Ejecutivo de Mariano Rajoy. “Este es el mecanismo previsto en las democracias - sostuvo - cuando hay un gobierno actúa en contra del interés general, o que la mayoría de la población percibe que está actuando en contra del interés general".



Forcades manifestó también que "el momento de hacerlo es ahora" y añadió que la huelga general indefinida “es una medida absolutamente pacífica que visibiliza este desacuerdo entre un gobierno y su población".



La monja catalana defendió, asimismo, la necesidad de "evitar el secuestro del sentido crítico de la ciudadanía". "Se nos ha hecho creer que el mundo es de una complejidad tal que no lo podemos entender y debemos dejar en manos de los expertos. Es obvio que el mundo es complejo, pero a nivel social y económico no podemos depositar nuestra confianza en determinados expertos sin evaluar críticamente su discurso- afirmó en la citada entrevista.



En este sentido, Teresa Forcades recordó que nadie elige democráticamente a los "expertos" del Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial.



"Si, como parece, la mayoría de la población no está de acuerdo con las medidas que se están adoptando contra la crisis ni con el rescate financiero, entonces estas decisiones del gobierno son antidemocráticas", concluyó la teóloga.