Las claves del registro en casa de Sarkozy Las claves del registro en casa de Sarkozy 04 JUL 2012 | J.M. BALLESTER La visita de la policía al domicilio y a las oficinas del ex presidente interviene en plena crisis de la derecha francesa, de la que sigue siendo su principal referente. El juez Gentil avisó a Sarkozy. Según revela esta mañana la emisora RTL, el pasado martes, a las 6 y media de la mañana -poco antes de que la policía entrara en el domicilio y en las oficinas- telefoneó personalmente al ex presidente para avisarle. Le despertó pues Sarkozy se encontraba de vacaciones en Canadá. Un detalle: fue ese mismo país el que eligió en julio de 1981 Valéry Giscard d’Estaing para reponerse de su derrota electoral en mayo de ese mismo año. Sarkozy lo sabía. Tal y como dispone la ley, el 16 de junio pasado -exactamente un mes y un día después de su salida del Elíseo-, Sarkozy perdió la inmunidad judicial que le protegió durante sus cinco años de mandato. Consciente de ello, empezó a colaborar con la justicia y hace unos días su abogado envió a Gentil la agenda personal de 2007 del entonces candidato. Ahora, Gentil la comparará con la de los Bettencourt, para ver si hubo encuentro de Sarko con los accionistas de L’Oréal para pedirles una contribución a su campaña electoral. De las conclusiones de la comparación puede surgir -o no- una citación judicial a Sarkozy. El expresidente está tranquilo. Tanto su abogado Thierry Herzog como uno de sus fieles, el diputado por Niza Eric Ciotti, han dejado claro que Sarkozy -que ha decidido no hacer declaraciones durante una temporada larga- está tranquilo y que no tiene nada que temer. Aunque Herzog ha criticado el espectacular despliegue. La derecha francesa entra en barrena. Con o sin problemas judiciales, Sarkozy sigue siendo el valor más seguro de la derecha francesa, más aún desde que el exprimer ministro François Fillon y el secretario general de la UMP, Jean-François Copé, han empezado una lucha fratricida por el control de un partido claramente derrotado en las legislativas. Por lo tanto, una imputación de Sarkozy por parte de Gentil es lo último que necesita la derecha francesa. |