Capitalismo. Game Over! Por supuesto que no se trata de incitar al odio social… para eso tan sólo nos hace falta releer el “odio a los indiferentes” de Gramsci, o “el viaje al fin de la noche” de Celine. En realidad sería suficiente agarrar cualquier periódico plagado de pratañas y leer entre líneas. Lo cierto es que yo no les tengo odio. Si fuera mejor persona alcanzaría quizá a sentir compasión de sus miserables existencias… pero no es el caso. Lo que de verdad me suscitan es un profundo ascorepugnancia, casi físico, cercano al vómito. Instalados en su opulencia y en su mediocridad, temerosos de perder sus míseras conquistas, cobardes, aterrorizados, son capaces de imaginar y avanzar hacía el fin del mundo, pero no hacía el fin del capitalismo, pues temen más perder sus sucias prebendas que sumergirse en el Apocalipsis. Ellos también intuyen el final de esta basura que ya no se sostiene por ningún sitio, los últimos coletazos de esa bestia furiosa denominada “capitalismo”. Y lo único que se les ocurre es intentar acapararlo todo preparándose para la inevitable colisión. Saben que la riqueza no existe sin su reverso tenebroso: la pobreza. Y saben también que para ser aún más ricos, ya no basta con acumular más y más, sino que es necesario que los de abajo y los de en medio tengamos cada vez menos hasta reducirnos definitivamente a la miseria. Esa es la pura verdad: ¡Los de arriba te quieren, si… pero esclavo! Por eso, nuestra obligación es resistir, sacar a la calle la dignidad, la fuerza, la energía de allí donde se encuentre, y oponerles nuestros cuerpos, nuestras mentes, nuestra inteligencia y nuestra imaginación. No queremos trabajar en el espectáculo del fin del mundo sino en el fin del mundo de su deplorable espectáculo. Los que no pelean, los que no están ya trabajando en un mundo nuevo, más justo, más bello, son los derrotados o los oportunistas que instalados en un cinismo abrumador todavía alcanzan a pronunciar babeando: ¡Vamos a sacar tajada! TroppoVero |