Cuevas de San Marcos - Malaga

Madres. Les quiero hablar de mi madre. De

todas las madres que han luchado, luchan y lucharán

contra todas las tormentas y huracanes que cada día

asoman en los cielos de sus familias. Con 38 años

enviudó. Su mochila eran cuatro hijos menores, de 16

años el mayor y solo uno el menor. Con su pensión de

viuda de obrero en el monedero nos trajo a Barcelona,

donde se fue dejando la vista y la vida en su máquina

de coser. Los años pasaron y cada hijo fue creciendo.

Cada hijo le ha dado su carga de satisfacción y su

inmerecida carga de sufrimiento. Hoy contemplo a

mi madre, de 73 años, agotada por la enfermedad

crónica de mi hermana, mi situación de desempleado

y viendo cómo hay que hacer milagros para sobrevivir.

Escuchando su agotada voz explicando a las entidades

de crédito que quizá mañana podamos pagar. El

nombre de mi madre es Antonia, pero en ese nombre

está el de muchas madres. Madres que perdonan las

locuras de los hijos, madres que sanan las heridas de

la vida, que curan las cicatrices de los corazones, que

cosen las roturas de los monederos y carteras. Quiero

en esta carta escribir algo que pocas veces le he dicho:

gracias, mamá. José Ángel Fernández Mataró( Barcelona )

Bonito y merecido homenaje a tu madre y a esa gran mayoría de todas las mamás, imprescindibles para nuestra educación y, en definitiva, nuestra vida.

Es una Oda a todas las madres a las que les toco vivir una epoca dura....
entre las que se encontro la mia,me hubiese gustado a mi escribir esa
carta ,pero no sabria expresarlo tambien como tu la has escrito.

ºGracias por ese detalle donde nos vemos reflejados muchos de mi epoca.