España, cada día peor Este próximo 12 de mayo se cumplirá un año desde aquella fatídica jornada en la que un descolocado Zapatero subió a la tribuna del Congreso de los Diputados para anunciar lo que, según su propio discurso, cabría considerar el mayor recorte de “derechos sociales” de la democracia: una reducción media del 5% del sueldo de los funcionarios, una congelación de las pensiones, la supresión del cheque-bebé y la eliminación de la retroactividad en las ayudas a la dependencia. Recordemos que en aquel momento, ante la deplorable condición en la que se encontraban nuestra economía y nuestras cuentas públicas, los inversores internacionales nos cerraron el grifo del crédito. Con 4,5 millones de parados y un déficit público que en 2009 había superado el 11% del PIB, nadie se fiaba de que sin reformas pudiéramos hacer frente a unas abultadísimas deudas que no paraban de crecer. De ahí que, para recuperar nuestra credibilidad, ese 12 de mayo lo más inmediato fuera atajar el déficit por la vía fácil –metiéndole la tijera a algunas de las mayores partidas del presupuesto– y que durante las siguientes semanas se anunciaran toda suerte de planes y más planes para racionalizar de nuevo el gasto y para reformar el mercado laboral. |