Bobadilla-Estación - Malaga

Conocí a Mari hace muchos años. Yo llegaba de Málaga con su hermana Paqui me quedaba mucho en su casa donde me acogieron como a una más. De Mari se pueden decir muchas cosas buenas. Era cariñosa, tolerante, luchadora y mejor persona y con ese extraordinario sentido del humor. Todos la querían. Ella no se ha ido sin más, nos ha dejado su recuerdo, sus anécdotas, su sonrisa. Mari, las siguientes letras, son mi pequeño homenaje:

Cuando cerraste los ojos
hasta el cielo te lloraba,
pero lloró de alegría
al saber que un angel bueno,
con el corazón de oro
prontito le llegaría.

Otro angel muy nervioso
con trocitos de estrella
se afanaba todo el día.

¡Dejadme un trozo de cielo!,
que todas las estrellas quepan,
voy a hacerle un trono a mi niña,
¡que viene mi Mari Pepa!.