Antequera - Malaga

José Luis Carmona, de 49 años y en silla de ruedas tras sufrir un accidente de moto en 2003, se encontró con la paradoja de que tuvo que pronunciar el martes su parte del manifiesto con motivo del Día del Discapacitado a pie de escenario en el Teatro Municipal Torcal, en Antequera, al no contar este recinto con rampa para minusválidos. Carmona, vicepresidente de Singilia Barba, colectivo antequerano que aglutina a los minusválidos de la comarca, cerró su lectura fuera de guión manifestando su malestar «por sentirme más discapacitado todavía».

«No me gusta que haya diferencias entre las personas, y más aún en el Día de la Discapacidad, donde me sentí más discapacitado todavía». Sobre la celebración del acto en sí dijo que no le gustaba «esa palabra, discapacidad, al igual que disminuido físico. Yo no soy tan quejica, nunca había estado en el acto, pero todo surgió allí. Llevaba mi escrito, pero me sentí incómodo, desplazado, ya que todos los demás con problemas de cualquier tipo pudieron subir, pero yo, no. Me sentí excluido y por eso pedí que para el año que vien quisiera volver a leer el manifiesto, pero arriba, en el escenario, con todos mis compañeros».

Pese a sus críticas, Carmona reconoce que Antequera «está mejorando lo que respecta a las calles del centro, pero aún falta entrar bien a los edificios, a los comercios, a los bares. Pero hay sitios como el Teatro Torcal, que creo que se tenían que haber arreglado ya de lo primero. Yo quiero que me traten por igual. Para mí no hay ninguna barrera, sólo las que me quieran poner los demás».

CASIAC (Coordinadora de Asociaciones por la Integración en Antequera y Comarca) y la Plataforma del Voluntariado de la Comarca de Antequera promovieron las actividades celebradas el pasado martes. El Teatro Municipal Torcal fue el recinto que acogió la actividad central, que culminó con la lectura del manifiesto sobre la discapacidad y la presentación del calendario para 2014. En la lectura participaron niños de atención temprana que expusieron: «Cuando nace un niño con discapacidad, su familia lo recibe con igual alegría pero con preocupación porque sabe que quizás no tenga buena salud y tal vez le cueste encontrar la felicidad».

Ante ello, «pedimos a las administraciones que den respuesta a esta búsqueda, que cubran adecuadamente las necesidades de estos primeros años para que nuestro desarrollo sea el mejor posible. Pero sobre todo, para que descarguen a nuestras familias de tanta preocupación y así puedan disfrutar alegres de nuestra primera infancia».

Para lograr la igualdad, los miembros de CASIAC reclaman apoyos: «Necesitamos centros y servicios que nos ayuden a desarrollar todas nuestras capacidades. Necesitamos también que apoyen a nuestras familias en la casa, que podamos asistir a los centros y que existan residencias y viviendas con apoyo para cuando nuestros familiares ya no estén».

El último problema radica que la empresa que asumió el encargo municipal está en concurso de acreedores, habiendo recibido la mitad del pago de la plataforma, y la solución está bloqueada, ya que tienen que o exigir que terminen su cometido y una vez colocada pagarle la otra parte, o pedirle que les devuelva el dinero, caso difícil por la situación de la empresa, según justifica el alcalde Manuel Barón.