Álora - Malaga

Zetarecortesocial

Si hace algunos años, cuando Rubalcaba, Gabilondo y la patulea izquierdista en los medios de comunicación manipularon la jornada electoral para aprovechar el atentado de marzo en su propio beneficio, hubieran intuido la clase de calamidad que se nos venía encima, el destino de Zetaparo hubiera sido otro. Con la complicidad parlamentaria del PNV y Coalición Canaria, la situación a la que nos aboca el presidente del recorte social más grande de la democracia, es ya de emergencia nacional. No sólo es un grandísimo mentiroso, como la mayoría de sus ministros, además es que no asume personalmente sus graves errores en política económica. Un mínimo de dignidad, y de sentido ético en política, le tendría que haber llevado ayer a presentar de inmediato su dimisión y a convocar elecciones generales. Pero no, Rodríguez "Zetarecortesocial", del talante al tijeretazo, continuará arruinando a pensionistas, funcionarios, parados y cuanto español de bien se le cruce en el camino.

Europa, Estados Unidos y hasta China han obligado a Zetarecorte a enfrentarse de una vez por todas con la realidad, y con la verdad. El protectorado económico que de facto ejerce ya Europa sobre nosotros impedirá afortunadamente que las decisiones económicas sigan en manos de un Gobierno que tiene por objetivo exclusivamente mantenerse en el poder para llevar a cabo el único guión del que no se salen: el radical cambio ideológico, que por medio del enfrentamiento entre españoles, llevan a cabo.

Las medidas anunciadas por el presidente en el Congreso de los Diputados suponen el mayor recorte de derechos sociales de toda la democracia. Es evidente que los sindicatos verticales, regados con millones de euros, de ser otro el Gobierno habrían anunciado una huelga general. Como también es evidente que si otra fuera la clase política ayer mismo quedaría registrada una moción de censura, presentada por el primer partido en la oposición y apoyada por el resto, con el único objetivo de convocar elecciones generales. Pero vivimos en una nación en la que ni el Gobierno hace lo que debe, ni los sindicatos lo que les corresponde, ni la casta política lo que se espera de ellos. Por eso hemos llegado a esta situación y por eso Zetaparo se mantiene en el poder.

Hace algunos años, antes de que el desastre con cejas se instalara entre nosotros, la economía española deslumbró al mundo por su capacidad para salir de una hecatombe socialista de corrupción y paro, a una época de esplendor económico. De nuevo la corrupción y el paro, aquella no sólo socialista sino también popular, nos colocan en el punto de mira de la vergüenza europea. Hoy, como entonces, la apelación a la sensatez, presunta, del pueblo español, es obligatoria. Para ello sólo es necesario que el PP, plantee una moción de censura negociada con CIU y PNV, apoyada por algún grupo más. O que los socialistas, en alguno de los áticos de Bono, propongan en reunión discreta el cambio de líder.

Algo tan difícil como que Zetarecortesocial diga una sola verdad.

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