Alcaucín - Malaga

«Cuanto más grande es la mentira, más caro es el informe»

J.M C./P.D.A. MÁLAGA

Jueves , 21-01-10

Un «modus operandi» perfectamente establecido y continuado en el tiempo. Un clima de impunidad absoluto, ante el que parecía que nada podían hacer las denuncias de ecologistas y particulares y el conocimiento de todo el pueblo. El enriquecimiento continuado del alcalde y su familia. Un arquitecto de la Diputación de Málaga que cobraba por falsificar informes de proyectos urbanísticos. El sumario del caso «Arcos» sobre corrupción en el municipio malagueño de Alcaucín, que fue trasladado a las partes ayer tras meses de espera, pone negro sobre blanco sobre todos los hechos que a principios del año pasado llevaron a la cárcel al entonces alcalde socialista de la citada localidad, acusado de los delitos de prevaricación, cohecho y falsedad documental.
El sumario, al que tuvo acceso ABC, dibuja una trama menos sofisticada que las de «Malaya» o «Astapa» pero que funcionó a la perfección durante varios años. El alcalde de Alcaucín, José Manuel Martín Alba, el «Calayo», a cambio de favores urbanísticos a varias empresas y particulares, recibía el pago de cantidades en metálico o en especie.
Las investigaciones de la Guardia Civil prueban, por ejemplo, que recalificó dos terrenos por los que recibió una parcela valorada en 20.000 euros que puso a nombre de su hija con el fin «de eludir las consecuencias penales de su conducta». También se refleja que otra empresa promotora, Crocasa, podía tener reservado para él o su familia un ático a cambio de legalizar de manera irregular una promoción de 61 apartamentos. Fue precisamente el arquitecto de la Diputación malagueña el encargado de redactar un informe presuntamente falso sobre el cumplimiento de la normativa urbanística de la promoción en cuestión.
Y es que parte de la familia del ex alcalde estaba plenamente implicada en la trama. Tanto en el domicilio del «Calayo» como en el de sus hijas la Benemérita halló importantes sumas de dinero en efectivo. En concreto, en casa del alcalde se encontraron numerosos fajos de billetes de 500 y de 200 euros, y en la de una de sus hijas se hallaron 12.800 euros que declararon ser «regalos de boda».
Para demostrar el clima de impunidad en el que operaban, basta comprobar el resultado de algunas conversaciones telefónicas «pinchadas» por los investigadores entre Martín Alba y sus hijas. Por ejemplo, el 3 de febrero de 2009, poco antes de su detención, el regidor preguntaba a una de sus hijas si había recibido «la lana» -dinero- procedente de algún pago sospechoso. El día siguiente, el «Calayo» hablaba de ir a visitar a su hija «porque la mama no tiene nada suelto». En otra conversación, su hija Sonia informaba a su progenitor de que había «continuado metiendo dinero en la caja». La Guardia Civil apunta incluso que Martín Alba indicaba a su hija cómo hacer los ingresos para eludir las alertas bancarias sobre blanqueo de capitales. Lo que justifica que se hicieran ingresos «poco a poco».
Premiados por la suerte
Tenían otros métodos para blanquear el dinero. Uno de ellos era la localización de personas premiadas por sorteos para adquirir sus boletos a cambio de dinero. En concreto, el sumario cuenta que el alcalde y personas de su entorno fueron curiosamente agraciadas en la ONCE.
La investigación se cuestiona la procedencia «sin justificar» de casi 128.000 euros en las cuentas bancarias de Martín Alba, que mantenía en el banco la totalidad de las retribuciones que su cargo de regidor le habían supuesto durante los últimos 9 años. Es decir, que Martín Alba ahorraba todo lo que percibía del Ayuntamiento. En su declaración aseguró a la juez que el único dinero que tenía procedía de ser «alcalde, artista y albañil». Martín Alba era un afamado cantaor muy disputado en los festivales de Málaga.
La otra pata de la trama corrupta era el arquitecto de la Diputación de Málaga José Francisco Mora, de quien las investigaciones señalan que sus principales ingresos, además de proceder de la institución provincial, venían «de sociedades con intereses urbanísticos en Alcaucín por la realización de varios proyectos, muchos de los cuales contravienen la normativa urbanística y para los cuales ha contado con la anuencia del alcalde».«Cuanto más grande es la mentira, más caro es el informe», era su filosofía, según alguna de las grabaciones que se practicaron a su móvil.

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