Villaviciosa de Odón - Madrid

Tenía ganas de escribir algo, y aprovechando el anonimato que me proporciona ése foro, aquí os mando un alegato multirracial de los diferentes amigos con los que cuento en mi vida.
Tengo un amigo iraquí, joyero de antigüa profesión, al que le gusta más España y como se vive, que a muchos españoles. Tengo otro amigo y compañero de trabajo que es nigeriano, muy apreciado en la empresa, negro tizón; con una alegría contagiosa y un corazón que no le cabe en el torso. Tengo un conocido ruso, con un pasado difícil, que no relata, pero toca el piano de maravilla; ahora es pintor de brocha gorda. Cuento con un buen amigo chino, al que le gustan las corridas de toros, licenciado en filología hispánica, adora el jamón ibérico, y toda la gastronomía española. Siempre que le invito a mi casa, nos trae algun regalo. Pesa 55 kilos, pero es magno de espíritu. Además conozco a un húngaro, que juega fenomenal al tenis, y con una refinada educación. También me llevo muy bien con el camarero argentino del bar donde voy a desayunar, e incluso le he dejado 2 carnés de mi atleti, por lo que que me guarda gran gratitud. En Castellón conozco y trato a un senegalés del top manta, que le regaló a mi hijo un juego de palas para la playa. En el trabajo hay un joven marroquí, con 21 años, que pasó a España siendo menor de edad, escondido en un camión, y con el que hablo de Dios y de Alá, mientras intento convencerle de que coma "halufo" o como se escriba cerdo.
Personas de diferentes lugares, que han venido a nuestro país, algunos por razón de supervivencia, otros por cuestiones políticas, y la mayoría a intentar mejorar su modo de vida. Personas que han dejado un pasado en su lugar de nacimiento, una familia, uma cultura, un futuro incierto... y que aquí trabajan de forma honrada. Algunos detrás de su sonrisa eterna, atesoran problemas y tristeza, pero en su forma de vida no está compartirlo con nosotros. Me sorprende como minimizan sus problemas.
Todos tiene un nexo común: la cortesía, respeto y educación que rebosan.
Desde aquí quiero mandarles mi ánimo y solidaridad, para que nunca se sientan solos.