El mismo año en el que los pensionistas verán congeladas sus pensiones, los funcionarios recortados sus sueldos, todos los españoles sufrirán la mutilación de las inversiones públicas y muchos interinos de la administración se quedarán sin empleo, los ex presidentes del Gobierno han encontrado un nuevo maná en empresas reguladas y en el dinero público.
Felipe González ha fichado como consejero de Gas Natural, y José María Aznar, como asesor de Endesa. Unos cargos que apenas les exigirán una docena de días de trabajo al año y por los que percibirán las envidiables cifras de 130.000 y 200.000 euros anuales, respectivamente.
Estos ingresos, perfectamente lícitos y, como ocurre con cualquier contrato de una empresa privada, fruto de la ley de oferta y demanda, pierden su justificación moral cuando se recuerda que los ex presidentes del Gobierno gozan de una jugosa pensión vitalicia con cargo a los presupuestos generales, además de varios beneficios que se pagan con dinero público.
Felipe González y José María Aznar recibirán este año casi 80.000 euros anuales cada uno como renta vitalicia, 10.000 euros menos que en 2010, debido al ajuste presupuestario que se ha hecho a todas las nóminas públicas, pero una cifra que les permitirá alcanzar los 210.000 y los 280.000 euros, respectivamente, de ingresos semipúblicos al sumar esta cantidad a sus recientes fichajes energéticos.
Además, cada ex presidente del Gobierno mantiene un coche oficial, servicios de guardaespaldas, dos empleados a sueldo del Estado, una dotación para gastos de oficina y alquiler de inmuebles y, en sus desplazamientos al extranjero, tienen derecho a los servicios de representación de la diplomacia española.
Suma y sigue, porque en caso de fallecimiento, sus viudas tienen derecho a seguir percibiendo la pensión vitalicia en su totalidad, frente al escueto 52% de la pensión del cónyuge que tienen reconocidas las viudas en el Régimen General de la Seguridad Social.
Otro aspecto que ha levantado ampollas de los fichajes de González y Aznar es el hecho de se trate de dos empresas energéticas, con tarifas reguladas por el Gobierno y, por tanto, donde la presencia de dos ex presidentes puede llegar a interpretarse como un conflicto de interés.
De hecho, durante los últimos meses, estas empresas han mantenido unas intensas negociaciones con el Gobierno, que desde algunos frentes se ha llegado a tachar como lobby, cuyos últimos frutos han sido una subida del luz del 9,8%; mientras que el gas se ha incrementado un 3,9%.
Crítica de la opinión pública
En las redes sociales hace tiempo que surgieron movimientos para erradicar las prebendas de los cargos públicos, como el grupo de Facebook "recogida de firmas para eliminar los sueldos vitalicios de los politicos", cuyo propio nombre deja claro por qué gran parte de la sociedad considera un escándalo los fichajes de Aznar y González.
Además de trabajar para empresas reguladas, los dos perciben unas millonarias rentas que hacen difícilmente justificable sus pensiones vitalicias con cargo al Estado. Sobre todo, en el momento de ajuste actual... y teniendo en cuenta que además de estos ingresos, más o menos ligados al Estados, ambos cuentan con otros jugosos trabajos.
Ambos están en nómina como conferenciantes internacionales, con unas tarifas que pueden rondar los 30.000 euros por conferencia. Aznar percibe 170.000 euros anuales por sentarse en el consejo de adminitración del emporio mediático de Rupert Murdoch; mientras que Felipe González podría ingresar medio millón anual por asesorar a su amigo Carlos Slim.
Parece que trabajo e ingresos no les falta, pero eso no impide que sigan cobrando una pensión vitalicia con cargo al Estado.
Y SEGUIMOS SIN QUE NADIE PARE ESTAS ATROCIDADES MANDA COOOOOOOOOOOOOJONES, QUE HUUUUUUUUUUUUUUVOS TENEMOS LOS ESPAÑOLES, COMO NOS MANGONEAN, SE RIEN DE NOSOTROS, Y ALGUNO SOLO LE PREOCUPA QUIEN VA A LLEVAR EL MISMO CAMINO QUE ESTOS 2 EN VILLAREJO.
