Valdetorres de Jarama - Madrid

Tras las últimas elecciones generales, en 2008, hubo una agria polémica. Cada ciudadano había tenido derecho a un voto, pero unos votos rendías mejor que otros.
A Izquierda Unida le costó cada escaño a unos 481.000 votos.
A UPyD 303.000
A BNG 104.500
A ERC 99.000.
A CC 82.000
A CIU 40.300
A PP 66.500
PNV solo unos 50.000 votos…
¿Es esto democracia?, clamaban muchos.
¿Es aceptable que nuestra Ley Electoral fomente desigualdad es tan flagrantes?
Durante la legislatura ha habido atisbos de reforma electoral, pero no nos engañemos: la encaminada a aumentas la proporcionalidad entre el voto de los ciudadanos y la representación que dan a los partidos, no les conviene a ninguno de los dos grandes PSOE y PP. Viven en un oligopolio. No facilitaran la entrada de otras marcas en el mercado del voto y del escaño

El 22.M. habrá más polémica. Muchos votantes se quedaran sin representantes. Algunos parlamentos autonómicos (Castilla y León, Castilla-La Mancha, quizá Murcia y Extremadura) serán bipartidistas de PSOE y PP. Las dos formaciones estatales menores: IU y UPyD les costara mucho entrar. Y será fácil, por el contrario, para nacionalistas con voto concentrado en su territorio: GC, PRC, UPN, UPI. PASR, CHU, Na-bai…

¿Qué es más justo y más democrático? ¿Incrementar los mecanismos de proporcionalidad, y que no haya votos de primera y de segunda y así mas partidos parlamentarios?
¿Seguir con el sistema actual, primando a los grandes, lo que facilita la gobernabilidad y la estabilidad de las instituciones?
¿Gobiernos monocolor, muy estables y responsables de sus actos, pero que pueden tender a gobernar solo para su parroquia?
¿Gobierno de coalición, fruto de dialogo y pactos, pero poco eficaces y poco responsables porque cada componente se acuse mutuamente de los errores?

Arsenio Escolar