Valdemoro - Madrid

Hola a todos. La verdad es que más que opinar necesito desahogarme un poco. Celebré el cumpleaños de mi hijo en un local de Valdemoro llamado Isla Pirata. Es un parque infantil con toboganes, bolas y esas cosas que tanto hubiera yo apreciado en mi infancia. Bueno, volviendo al tema, TODAVÍA NO SE ME HA PASADO EL DISGUSTO. Todo comienza cuando realizas la contratación: todo es estupendo, no hay ningún problema, te dan a firmar un contrato en el que especifica claramente que los cumpleaños no se celebrarán si no hay un mínimo de diez niños. Yo entonces informo de que no sobrepasará con toda seguridad los ocho. Me comunican entonces que, pese a lo que ponga en el contrato, ellos celebrarán en cumpleaños sin ningún problema porque lo que hacen en estos casos es cobrar la tarta. Quedamos conformes, contrato además una piñata, doy una señal, firmo los documentos de reserva y convengo en concretar 48 horas antes el número de niños.¡Ah!, se me olvidaba algo importante: en el contrato que firmas se indica claramente que solo pueden pasar dos padres por cumpleaños. No obstante, me vuelven a decir que ese no es completamente así, que podremos pasar durante la merienda, la tarta, la entrega de regalos y la minidiscoteca. Bueno, finalmente, en vez de ocho (cifra que tampoco garanticé) me veo con cinco niños. Llamo en el periodo fijado y me dicen que no hay ningún problema. Yo, la verdad, estaba encantada con el sitio y comentaba a todos mis amigos y conocidos que me parecía que iba a ser una fiesta genial.¡Qué equivocada estaba!En un principio todo iba bien: fuimos llegando, trataban a los niños con mucha dulzura, les ponían su pulserita, guardaban sus zapatos y los iban adentrando en el parque. Los adultos nos fuimos al bar anexo, propiedad de los dueños del parque, a tomar unos cafés. Allí había una pantalla en la que se veía el parque infantil, así que estábamos muy tranquilos con la seguridad de poder controlar a los peques. Se quedaron dentro dos papás ya que dos de las invitadas no querían separarse de ellos (cosas de peques). Cuando entro a ver cómo va la cosa me comentan que se sienten incómodos y que el trato no es, ni por asomo, el que ellos consideran apropiado: solo dos cuidadoras para más de cincuenta niños, malos modos para con ellos por permanecer dentro del parque y otras cosillas. El caso es que no le di mucha importancia: Era el cumple del peque y quería que todo saliera bien (muchas veces se aprovechan de esta circunstancia en estos parques). Llega la hora de la merienda y procedemos a pasar. Estamos pendientes de que nuestros hijos coman cuando una señora, encargada del parque, se acerca increpándonos que no podemos estar allí, que ya nos lo ha dicho veinte veces y que “muchísimas gracias por nuestra colaboración”. Yo me quedo perpleja, al igual que mis invitados. Me acerco a hablar con ella y le ruego que si hay algún problema que, por favor, se dirija a mí porque me ha puesto en evidencia delante de mis invitados. Me habla muy alterada (cosa que entiendo perfectamente dado el estrés que debe provocar estar allí controlando a tantísimo niño con tan poco personal)y finalmente se disculpa. Yo calmo a mis invitados y les transmito que ya se ha disculpado y que debemos abandonar el recinto infantil y volver al bar. Entonces llega la tarta, y ya “no nos tenemos que ir” y la entrega de regalos donde “se requiere nuestra presencia”. Si vierais el mal rato que pude pasar: fingiendo delante de los niños que nada sucedía y calmando a los padres que se habían sentido ofendidos nuevamente por un incidente que desconozco porque no lo presencié. Por fin se acaba la entrega de regalos, nos vamos todos a la cafetería y, cuando estaba llena hasta arriba, entra de nuevo esta señora y dice: “Que pasen los padres cagones”. Nos quedamos alucinados y avergonzados. Comenzó una comidilla general en el establecimiento donde quedaba claro el descontento por parte de los padres de los otros cumpleaños. Vuelvo a tranquilizar a mis invitados negando la evidencia. Pasamos a la minidiscoteca y la señora, micrófono en mano, nos llama “padres maleducados”, “padres que no saben educar a sus hijos”, “intrusos”… Menos mal que salió la mascota del lugar porque la indignación era ya mayúscula. Aguantamos “el tirón” como pudimos por no estropear la fiesta del peque. Llega la hora de la piñata y vuelve la señora con ella en la mano. Empieza a echar a los niños que no son de nuestro cumple(normal, pero hay muchas maneras)y abren la piñata. Algunos niños cogen regalos y esta señora incluso va detrás de ellos y les increpa para que devuelvan lo que no es suyo. Yo entiendo que en ese momento ella velaba por mis intereses, pero son niños. La verdad es que si se hubiera dirigido así a mi hijo me hubiera sentido bastante ofendida.
Por fin termina todo. Llega la hora de pagar y, por mi propia dignidad y por la de mis invitados (animada también por madres de otros cumpleaños) pido la hoja de reclamaciones y la factura. ¡Madre mía! ¿Por qué se me ocurriría aquello? Empieza entonces un discurso por parte del dueño en el que se me reprochan favores que, según ellos, me han hecho: menos de diez niños, etc. Yo le digo que se lo agradezco pero que si el precio es la humillación, que yo verdaderamente nunca solicité ningún favor. Es más, si el cumpleaños no era posible me hubiera ido a otro lugar y ningún problema. Empiezan a faltarnos nuevamente al respeto, la hoja de reclamaciones que no aparece… finalmente nos la dan, tras mucho insistir (el dueño se jacta de entregarla porque quiere y yo le subrayo que es porque DEBE)Una vez cumplimentada nuestra parte, otros veinte minutos para que pusieran sus datos y el sello del local. Y ya, para rematar, aparece la señora y completa la parte correspondiente al establecimiento diciendo que el cumpleaños era de menos de diez niños y que no habíamos cumplido la norma de estar solo dos. Además se dirige a una de mis invitadas y le dice que durante la fiesta la había agredido. Aquello era ya surrealista. Nos quedamos perplejos. La agresión parece ser que consistió en que mi invitada iba a acceder al recinto, ambas estaban sujetando la puerta de acceso y hubo un roce de manos. INCREÍBLE. AHORA ÉRAMOS UNOS AGRSORES. Yo, la verdad, con casi una crisis de ansiedad, rezaba porque me dieran las hojas de una vez y poder irme a casa. Todavía tardaron un ratito más, parece ser que el sello no aparecía, y, por fin, me entregan mis copias. Antes de abandonar el local me dirijo al dueño y le digo que agradezco muchísimo la deferencia que han tenido conmigo al aceptar un cumpleaños de cinco niños pero que… En ese momento me interrumpe, me dice que no quiere escucharme y me invita a abandonar el local. Lo único que quería decirle y que no me dejó terminar era que le agradecía mucho que celebraran el cumpleaños de mi hijo pero que, si bien ellos alegaban que no anularon la fiesta por no arruinar la ilusión de un niño, yo le recordaba que había convertido uno de los días más importantes de mi peque y de mi familia en un auténtico infierno. Me siento tremendamente mal. Todavía no se me ha pasado el disgusto y sé que a mis invitados tampoco. Solo me consuela la cara de satisfacción de mi pequeño y cómo se le cerraban los ojos de sueño tras tantas emociones. Al final lo había conseguido: el pequeño no se dio cuenta de nada.

Vamos,la puñatera señora cuidadora...estaba drogada cuanto menos
y el dueño un sacamantecas.Bueno saberlo

yo te recomiendo que denuncies ya que te mintieron respecto a las normas y luego os avergonzaron.

ademas de careros, sinverguenzas.

ya se donde no ir a celebrar un cumpleaños.

Dios k gentuza, nooooo? mandarias la hoja de reclamaciones a consumo, no???

yo te aconsejaria ir a hojarasca el parque infantil situado dentro de centro comercial es fabuloso y tanto el personal como los dueños son amabilisimos con los niños padres y invitados

De consuelo no te va asrvir nada, por que el disgusto te lo llevaste, pero, cree que no es nada personal. La primera vez que visité este local fue hara unos dos años , creo que recien abierto y el trato el mismo, quizá no con tant incidente, pero la misma mala educación y el poco gusto por el trato con niños y adultos.
Lo mejor el boca a boca apra tener una publicidad merecida, y eneste caso mala.
Yo por mi parte hice lo mismo cuando ví como funcionaba aquello.
Estoy de acuerdo con que Hojarasca es una buena opción, y tabién Hook Party. Estos llevan un montón d años y por algo será.
También tenéis razón en que juegan con la ventaja de que con niños no se juega y no quieres amargar, pero....denota su profesionalidad y educación.
ánimo y presenta tu queja donde corresponda

Yo he estado en varias ocasiones con mi hijo en ambos parques, el curso pasado casi todos lo niños del cole celebraban el cumple en uno de los 2 sitios (barco pirata ó hojarasca). en mi modesta opinión, son los dos tal para cual, es decir, un negocio con letras mayusculas en donde llevar a nuestros hijos para divertirse un rato, pero nunca pensando que estan en un lugar seguro. En ambios sitios, he observado las mismas faltas y apuesto a que si alguien piensa lo contrario es que no está pendiente de su hijo cuando allí acude. Me parece fatal que te pregunten si vas a quedarte porque de todas maneras no estan peendientes de ellos (se van al baño solos, se mezclan todo tipo de edades en el parque, no reprenden a los "burrotes" etc. La verdad es que no me gusta ninguno de los dos sitios y en el barco pirata apenas tienes visibilidad de donde y como está tu hijo; Creo que mi opinión es generalizada, pero ¿donde celebramos los cumples de nuestros enanos?, llevarte tanto niño a casa es muy "arriesgado" que cuando se trata de nuestros hijos, somos bastante espesitos.