Torrejón de Velasco - Madrid

Uno, el de ayer en el estadio de vicente calderón, no sé como dejan a semejantes energúmenos entrar en los campos de futbol, eso es penoso, ver a la policía a palo limpio con los huligans y los del frente atlético, vengalas, etc. si está prohibido como las entran?



Otro, hoy, en el hospital de parla, mas energúmenos gritando lindeces que no sé que sacan en limpio, dar por saco y vergüenza al resto del personal, y que conste que no defiendo al PP, pero tampoco me parece bien estas actuaciones.

Esto ya no son campañas políticas, es que no sé ni qué decir, me aburro, me aburre la política y lo hace soberanamente, porque no veo ningún partido que me inspire confianza. Al final, voy a votar a Evahache, que al menos es divertida.

Esto se está complicando por momentos. De hecho, la diferencia que hay entre una democracia y una dictadura y quién controla a quien. En las democracias, los votantes y la oposición controlan al gobierno para que no tome medidas contrarias a los intereses generales y a favor de unos pocos, y si no lo hacen bien, en las urnas se valora la actuación. En las dictaduras, son los propios gobiernos dictatoriales los que hacen todo lo posible para controlar a la oposición y a los ciudadanos para que nadie se salga del tiesto (teniendo en cuenta que en muchos casos no hay ni oposición). En España, ¿qué está pasando? Unos pocos controlan a la oposición, y es la oposición la que no puede controlar lo que hace el gobierno para no ser "antipatriotas". Esto es muy irregular, y casualidades de la vida, todas los intentos de agresiones son a personas del PP o de otros partidos que pueden robarles votos, es decir, la oposición ahora o en el futuro próximo. Es curioso.

De tanto ir a la fuente, el cántaro acaba rompiéndose. Y confío en que algún día el pueblo se de cuenta de la manipulación a la que nos someten los partidos políticos y sea capaz de pensar independientemente. Sin la manida y rancia etiqueta de "ser de derechas" o "ser de izquierdas". Entonces es cuando conoceremos la verdadera democracia. Y cuando digo pueblo, hablo en general, porque sé que hay honrosas e inteligentes excepciones.
Porque aquí parece que en vez de analizar si las cosas están bien o mal hechas, nos planteamos antes quien las ha hecho para sí poder definirnos en favor o en contra.