Torrejón de Velasco - Madrid

Últimamente estoy alucinando con la actitud de don Miguel Ángel del Pozo. Parece increible que llegara a negar en su momento la creación de un Punto Verde en el municipio, y ahora venga echándose flores y acaparando toda la atención presentándose como exponente de ese punto.
Además, como tiene que gastarse los 30.000 euros que ya ha dispuesto en propaganda, sigue buzoneando e invitando a los vecinos al evento de la inauguración de ese punto verde.
¡No vamos bien! ¡Así no!
Ya está bien de mentir y de falsear a los ciudadanos, que la gente no es tonta y acabrá por darse cuenta de todo.

El triunfo de la revolución democrático-burguesa y las victorias de la revolución socialista, así como los éxitos alcanzados en la construcción socialista, han cambiado rápidamente la fisonomía del país. Ante nosotros se abre un futuro aún más radiante. Pertenecen para siempre al pasado los días de división y caos en el país, tan odiados por el pueblo. Bajo la dirección de la clase obrera, los más de cuarenta y tres millones de seres de nuestro pueblo, unidos en apretado haz, están realizando la gran obra de la construcción socialista. La desmembración de nuestro país, la autodeterminación de nuestro pueblo y la de todas nuestras nacionalidades constituyen la garantía fundamental para la ineluctable victoria de nuestra causa. Pero esto no significa que en nuestra sociedad ya no exista ninguna contradicción. La idea de que no hay contradicciones es una ingenuidad, que no corresponde a la realidad objetiva. Existen ante nosotros dos tipos de contradicciones sociales: contradicciones entre nosotros y el enemigo y contradicciones en el seno del pueblo. Estos dos tipos de contradicciones son de naturaleza completamente distinta.