Ahora hay campas de coches.
Como yo hago viajes astrales, he podido comprobar que toda y digo toda , la geografia española, esta llenita de campas de coches.
Las grandes armadoras de automóviles se frotan las manos.
Lloran a los gobiernos y les piden una ayudita… mientras entre bambalinas se frotan las manos. Preparan EREs y despidos masivos… mientras entre bambalinas se frotan las manos. Amenazan con quiebras… mientras entre bambalinas se frotan las manos. Nos muestran campas enteras llenas de vehículos a la espera de dueño… mientras entre bambalinas se frotan las manos.
Si sabemos leer entre líneas, vemos, que tal vez, estemos hablando de “la madre de todas las burbujas”. Ni la burbuja financiera de Wall Street, ni la burbuja inmobiliaria “made in Spain” han tenido semejante dimensión.
digamos a finales de 2003, a nivel mundial, el stock de automóviles fabricados y no vendidos era de tales dimensiones que se estimaba que en diez años máximo la industria reventaría. Pongámoslo de otra forma. Si a finales de 2003, todas las plantas productivas de todas las marcas de automóviles del mundo hubieran cerrado por un período de varios meses, quizás años, con todos los coches y furgonetas hacinados en las campas alrededor de las plantas productivas, aún podrían haber atendido las ventas a nivel mundial.
En aquel entonces la gran pregunta era para cuando reventaria la burbuja
lejos de estabilizarse, en los últimos años, fue creciendo y creciendo, ya que la industria automovilística americana y europea, ante el acoso de las marcas asiáticas, han ajustado los precios lo que han podido y han emulado al gran Groucho Marx: “¡más madera, más madera!”. Por ello, tal vez ahora, el parque de automóviles no vendidos a nivel mundial exceda fácilmente varios años de ventas.
Se me antoja dibujar un esbozo de las directrices de un guión de ciencia ficción.
Unos cuantos americanos poderosos, muy poderosos, podridos en millones -esos que están acostumbrados a reunirse para decidir guerras, gobiernos y golpes de estado- ven peligrar algunos de sus negocios. De nada servirían los golpes de mano tradicionales, ya que es el sistema que ellos han alimentado y manipulado el que está enfermo. Para evitarlo… no, perversamente deciden no evitar nada, si el sistema va camino al abismo, simplemente van a dirigirlo a su antojo para obtener el mayor beneficio y poner “sus culos” a resguardo.
Empiezan a pedir préstamos a la banca. Invierten en materias primas y manejan estos mercados hacia un incremento desmesurado en sus precios. La especulación tiene dos efectos: engordar sus carteras y crear una tensión de costes general que los sistemas productivo y comercial no pueden asumir.
Esto de hacer viajes astrales,me trae de cabeza....
Dejaremos de ver vacas por nuestros campos, para ver metales en las campas.
Para nuestro amigo al que no le gustan los poemas... esto es un enunciado para llamar tu atención.
DONDE ANTES HABIA VACAS...
ahora hay campas de cohes.