Parla - Madrid

El taxista madrileño de origen portugués Luis Do Nascimento, relató cómo el diputado comunista Miguel Reneses (líder de Izquierda Unida de Madrid entre los años 2000 y 2002 y que fue acusado el pasado jueves de acosar sexualmente a una compañera de partido) pidió un taxi durante la madrugada del 1 de enero de 2011 para luego acabar insultando al propio taxista y, para colmo, marcharse sin pagar.

Según la versión que dió el señor Do Nascimiento, a las 6 de la mañana del día 1 recibe un aviso de que debe ir a recoger al diputado Miguel Reneses a Leganés, quién va acompañado de una señora. Al montarse en el taxi -relata- pasaron un badén (pequeñas elevaciones de la carretera para provocar que los conductores reduzcan la velocidad) y esto provocó que casi chocase con un vehículo que le precedía. Al preguntar la mujer que acompañaba al diputado qué había pasado, Do Nascimiento respondió con una crítica hacia los alcaldes, diciendo literalmente “esta porquería que ponen [los badenes] es realmente peligroso. Pero vamos, que si no lo quieren ver, allá ellos”.

Fue entonces cuándo un auténtico calvario comenzó para el taxista por parte de Reneses, qué -añade- se le colocó detrás suya y profirió una cadena de graves insultos hacia su persona: “Hijo de la gran pxxa, cerdo fascista, me cago en tu pxxa madre, eres un hijo de la gran pxxa, eres un perro fascista, hijo de pxxa…¿es qué no te das cuenta? [...] ¿es qué no te das cuenta que te estoy llamando caxxón, hijo de pxxa? Eres un caxxón. Tira para mi casa, que cuándo llegues te voy a rajar, fascista, hijo de pxxa [...] me cago en tu pxxa madre, te voy a matar [...] eres un maxxcón fascista”.

Posteriormente, y según añade el propio taxista, sufrió un ataque de ansiedad que le hizo permanecer durante semanas en un estado de absoluta intranquilidad.

El crucifijo, fuente de los insultos.

Do Nascimento, además, argumenta que está convencido de que fue un rosario que colgaba de su espejo retrovisor interior el que hizo, en gran medida, enfurecer al diputado comunista y hacerle así proferir semejantes insultos. Y añade que, por casualidad, esa mañana iba escuchando radio Intereconomía, lo que posiblemente incitara aún más al dirigente comunista a humillarle aún más.