Lo que vale para España vale para Meco. La ministra de la Guerra se ha rendido y no seré yo quien lo lamente. Los políticos profesionales llevan ahora mala fama, pero hay instantes en los que sólo se puede exclamar: ¡ya está bien de aficionados! Así, celebraré cada ocasión en que uno de los imberbes dé un paso atrás y tengo por gran noticia que Chacón se retire de la carrera, o la hayan retirado. Cuando un partido se encuentra con sus cuotas de poder en vías de extinción, arriesgarse a que cojan el volante quienes aún circulan con la L es de una temeridad demente. En una emergencia, el auténtico profesional percibe el peligro, igual que el amateur se percata de la oportunidad que tiene. Sólo aquí y ahora, en la confusión y el marasmo, desde el Gobierno, con la protección y la bendición del todavía secretario general y presidente, podía llegar Chacón a la cima. El mindundi puede ganar, por supuesto. Nadie le discute habilidades, emotividad, empatía y artimañas. Ahí está la carrera del chico de León como prueba. Pero como prueba tanto del éxito como del desastre; desastre para la nación y, a la postre, desastre para el partido. El telón está a punto de caer. La capitulación de "la niña de González", de la ministra de cuota de Zapatero, aboca a suponer que las primarias se cancelan y con ellas, la presidencia. Un presidente así desautorizado, al que se le despoja incluso de la capacidad de elegir la forma y el plazo de su muerte política, está para recoger sus cosas y marcharse. |