Loeches - Madrid

PENSANDO en CENTRO

“Gibraltar español”

«Que es mi barco mi tesoro,
que es mi Dios la libertad;
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria la mar».

(Estrofa de la Canción del pirata, de D. José de Espronceda)

De nuevo los CORSARIOS, amparados por la corona inglesa han entrado en acción.
Estos neocorsarios no llevan en sus mástiles la culpable y temida bandera de la tibias y la calavera, muy al contrario lucen orgullosos la Union Jack, los malcarados ya ni cubren sus testas con pañuelos bandoleros ni visten ese look marginal y canalla que todos conocemos por las “pelis”,
estos piratas ya no necesitan ocultar quien les concede la patente de corso para hostigar y perseguir a nuestros barcos, (ahora toca a los pesqueros del campo de Gibraltar), y van elegantemente ataviados con sus uniformes de la Royal Gibraltar Police (RGP). ¡has eggs!
Pero esta vez los barcos españolitos no están solos a merced de los del garfio, la pata de palo y parche en el ojo que a babor y a estribor, a proa y a popa están las lanchas del benemérito cuerpo de la Guardia Civil escoltándolos y protegiéndoles.

“Los pescadores que faenan en aguas próximas a Gibraltar al menos no se sienten desprotegidos y se atreven a salir a faenar a pesar de saber que pueden tener problemas”.
Esto me comentaba ayer un amigo de la Autoridad Portuaria de Algeciras
y los piratas, —perdón—, los corsarios andándose con cuidado que saben que nuestros chicos de verde no se “acojonan” si hay que hacerles cara...

Que el ministro Margallo le estope a un eurodiputado de la Pérfida Albión: “Gibraltar español” puede parecer una anécdota friqui y divertida, que la Dª Sofía no asista a los fastos que celebra estos días la reina de Inglaterra me puede parece pueril o como decía THE TIMES hoy “una rabieta de niño” y más cuando era una invitación personal y fuera de la agenda oficial de la soberana inglesa.
Pero hay que dejar muy claro, a los británicos y a la comunidad internacional cual es la postura de España en el asunto de Gibraltar y cualquier medida o actuación que se tome pare recordar que Gibraltar es España es buena aunque no lo parezca.
Así que señor Margallo, a cada “eurodipubritanico” que se cruce en su camino ya sabe grítele fuerte “Gibraltar español” y si el sir se molesta, no problema, le manda usted a tomar el tea de las five o'clock. Yo haré lo mismo con cada hijo de la gran bretaña que me encuentre.