Colmenar Viejo - Madrid

Habrá quien conozca ya esta historia, pero también quien no.

Hace algo más de cuatrocientos años hubo en Colmenar un cura que protagonizó unos hechos por demás edificantes.
Se trata del licenciado Diego del Pozo, quien además de su ministerio poseía otras buenas “cualidades”: amigo de la familia del marqués de Santillana de la época y comisario del Santo Oficio de la Inquisición.
Pero, en el desempeño de sus funciones protagonizó una trifulca considerable (como obviamente no corresponde a alguien natural de Trijueque, como él), con una vecina ejemplar, María la Manzana, también de la misma procedencia.
Dicha parroquiana presentó una querella en el Tribunal de Toledo aduciendo que él había proferido insultos y ofensas contra ella y, lo que es peor, mostrando incluso chulería, que ya es delito. Manifestó en su declaración que él, “ con ánimo de ofender”, le dijo que “ella y sus deudos, los Manzanos, eran moros y también judíos (¡Jesús!)y que (la tal María) era una p... que se echa en la cama con frailes y con abades”.
Añade que el cura llevó a su casa mujeres, a quienes toma juramento para que digan lo que le han revelado en confesión. Que se encierra con ellas a solas, “de lo que hay y ha habido mucho escándalo y murmuración”
Pero que lo peor de todo, según ella, era la prepotencia de que abusaba por su amistad con el marqués y con el Rey, con quien se carteaba a menudo.
Declara que el cura alardea de saber cuanto pasa en la Inquisición de Toledo y de tener conocimiento de los libros y papeles del Santo Oficio. Pero que, cuando le amenazan con que se han de quejar, responde “que no se le da nada, que le importa una higa cuanto le reprochan”.
Nuestra antigua convecina remacha que el cura “usa toda la libertad que quiere difamando a gentes honradas” y que “no hay quien le ose ir a la mano, ni que se atreva con él por ser Comisario del Santo Oficio”

Conclusión: tras nueve meses de interrogatorios, el tribunal tan solo le reprendió por sus acciones.
Don Diego continuó de cura y comisario de la Inquisición durante 42 años y al morir fue enterrado en la parroquia de la villa.
Nada se sabe de la feligresa.

Bonito ¿eh? Espero que sirva de regocijo, pero que nadie saque más conclusiones de las debidas.
Feliz verano.