Colmenar Viejo - Madrid

Vaya desde aquí mi felicitación cordial a los vecinos organizadores de las fiestas del barrio de La Magdalena. Hace falta una entrega muy grande para organizar los festejos y la caldereta del sábado, ampliada (yo no lo he visto en años anteriores) con los sandwiches del día 22.

Lo mejor de todo: este año han dado corte de mangas a todos esos chupones que se ponían en la cola de las patatas con cacerolas para comer en su casa. La calereta se hace para comerla allí en camaradería y buena vecindad, no para llevarlas a casa y comerla incluso con invitados que se acercan para eso.

Allí todo el que iba con su (o sus, que algunos iban con dos cacerolas grandes) se le servía el equivalente a un par de platos y ¡hale, a correr a la vía! Incluso había algunos que se mosqueaban y amenazaban con no volver más años. ¡-Que les den morcillas perreras, así tocamos a más los que vamos todos los años a cenar en la barandilla o en los bancos de delante de la ermita. Lo mismo que los que iban con un cubo para la limonada: ¿qué pretenden? ¿beber durante dos días?

Animo, vecinos, acabad con los abusones y tengamos la fiesta en paz sin esa gente que parece que pasa hambre. Muy agradable el baile en noche tan calurosa como fue la del sábado.

Enhorabuena y ya van... ¿cuántos años?

A ver si se enteran los gorrones de que esas patatas a las que invita el barrio a sus vecinos cuestan dinero y son la excusa para pasar un rato en buena camaradería, y no son para llevarlas a casa y cenar ese día y comer al siguiente. El que quiera patqatas que vaya, que hay para todos, pero allí.