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Colmenar Viejo - Madrid

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España > Madrid > Colmenar Viejo
05-03-09 23:05 #1895613
Por:No Registrado
historia de Colmenar

CALLE DE LA FERIA, TESTIGO DE MI PRIMER AMOR

Hoy ordenamos las ideas de la trastienda y abrimos la carpeta de los recuerdos; al contrario que en otras páginas que hablamos de las eras, de las huertas, de las canteras de los duros trabajos, fatigas y tragedias del campo, como un soplo de brisa, hablamos del ocio de los años sesenta y la importancia de la calle de la Feria, fue siempre la calle Mayor, de la Villa de Colmenar Viejo. Así se llaman las plazas o calles donde se pasea, siempre son sitios de encuentro, de puertas abiertas para el amor, de las villas o ciudades de España. La Calle de la Feria, anteriormente C/. De la Capilla, después Duque de la Torre, fue el nervio social donde la juventud y mayores paseábamos bien vestidos. Dentro en los bares se sentaban los padres y abuelillos, donde liaban sus cigarrillos. hace ya mucho tiempo dejaron el tabaco, y se fueron sin querer marchase, a otro sitio se supone que mejor, cambiaron las tertulias y costumbres por lápidas. ¡Eso sí muy bien pulidas! con letras muy claras con sus nombres y apellidos, la calle y el número donde viven en la casa de todos. La calle de Feria ya no es lo que fue desde que dejaron las tertulias y partidas a diario del bar de Lucas hoy Caja Madrid, del bar de la línea o de los Colas hoy Central Hispano, bar Ramón en la plaza hoy Caja Cataluña, bar de Mostacilla hoy Banco Atlántico, la sota de Bastos, hoy Caja de España. Ya no es lo mismo ahora todos estos bares son siniestros bancos que cobran por todo y no dan por nada, cajeros automáticos que das a un botón y sale dinero fácil, que no disfrutas cuando lo gastas. No es como antes que teníamos que llevar la cartilla, al único banco que había Español de Crédito, hoy BANESTO en la Plaza del Pueblo, más tarde abrió sus puertas la caja de Ahorros en la calle las Huertas, o sacarlo trabajando horas extras, chapuzas, vender los periódicos viejos, o llevar los huesos a vender a la tía Curina etc. Ya que el sueldo o la mayor parte de ello se lo entregábamos a los padres, en otros casos pedir la paga a los abuelos, o algún tío soltero eso tenia otro sabor, por el esfuerzo de conseguirlo y se disfrutaba más. Ahora no esta la Quinta Avenida esquina a Calle Boteros donde por 5 Pts. te ponían una ración de patatas al ajillo y una caña, un bocadillo de calamares por 5 Pts. que quitaba las penas, abría la boca a un fraile, ni las gambas con gabardina del bar Garbanzo, ni el aguardiente del tío Máximo del bar Central de la plaza esquina a la C/ del Estanco, ni el bar Azul de Justo Berrocal en la plaza en la misma acera del Español de Crédito, ni los frutos secos del Malagueño, hoy otro cajero automático, ni el puesto de la tía Angelita, ni la Confitería esquina a la C/ Real, ni las tertulias de toros del bar los Ocho, bar Lucas y en la peña de Gregorio Sánchez en el bar Garbanzo. Ha desaparecido el bar de la Morena , antes se llamo Chocolatería ( vamos a los Toros) esquina a Gómez Pinto. El bar de Hermandades, la taberna de Mariano. Tampoco están los famosos buñuelos de la churreria que había pegado a tío Pablo el carbonero todo en la misma calle de Gómez Pinto. Sólo nos queda la salida de misa en Semana Santa o en las fiestas, entonces recobra por un rato la vida de antaño. Cuando era sitio de estreno de trajes y vestidos, era punto elegante de encuentro y convivencia diaria, y lugar de cita de la Villa de COLMENAR.
Sitio obligado para todo hijo de vecino, incompleto, era un día festivo sin subir y baja varias veces, desde la plaza del Generalísimo, hoy del Pueblo, hasta la churreria de Pablo en la plaza de la Marina de donde salían todos los autobuses a Madrid. La administración estaba en el bar la Línea, debajo del baile esquina a la calle el Trueno, y en Madrid en la C/ Raimundo Lulio. Al principio del Siglo pasado salían de la plaza de detrás de la iglesia y la administración estaba junto al bar las Columnas. Histórica calle, y plazas donde se cruzaban las sonrisas y las miradas. A veces se cocía en voz baja adulterios, comentarios de quien anda con quien.
Fué donde yo presumí de mís primeros pitillos fumados en público, por los bonitos años sesenta, paseando acompañando a las primeras pretensiones amorosas. Son tintas que no se borran, sueños que pasean por la mente y devuelven ilusiones y esperanzas.
Añoro los tiempos de la antigua juventud, recuerdo la salida de los cines San Lorenzo, Prados, España, de los bailes el Canjilón de los Colas, el Ruma también sala de espectáculos, juego de cartas, y Casino anteriormente Posada, hoy bar el Dorado, de los bailes de verano El Gran Hostal, terraza La Cremes por debajo de Correos, enfrente estaba la terraza el Manju donde conocí a mi esposa, hace muchos veranos, esta todavía se puede ver tal como era.
Con tantas cosas que me golpean en el parabrisas de mi memoria querido lector, me había olvidado del baile más peculiar donde bailaban los capullos que pronto serian rosas que hubieran dado todo por ser mayores, y haber florecido antes, hoy darían todo por volver a ser como antes. El Baile el Canjilón estaba encima de el bar la Línea. El problema es qué en la escalera estaba el Paraguas, ¿Quién era el Paraguas? ¡Era el portero! que no te dejaba pasar si no tenías la edad y presentabas el carne. Entonces tenias que ir al baile del tío Pelusa. ¿Dónde estaba ese baile? Pues la orquesta salía a través de las ventanas que daban a la C/. El Trueno y se bailaba en la puerta del tío Pelusa todos los que no podían entrar por su corta edad, y alguno que ya se había gastado la paga en otros menesteres; llego a ser un baile muy popular conocido por el baile del tío Pelusa.
Como cosa curiosa existía un truco para pasar la barrera del Paraguas. Hace poco me contaron en una cena en el restaurante el Aljarafe, chicas conocidas de aquellos años hoy de la tercera juventud que ellas llegaron a entrar al baile antes de los años permitidos, tenían unas amigas mayores que ellas, que si podían entrar al baile, dado que el salón tenia un mirador, a la C/. Marques de Santillana entonces las mayores subían se metían en el servicio y se quitaban las medias y a través del mirador se las tiraban a las más jóvenes que iban con calcetines cortos ya que en sus casas no las dejaban llevar medias, una vez puestas y pintadas aparentaban mayores, de esa manera consiguieron pasar la frontera, según ellas en varias ocasiones.
Entre unos acontecimientos y otros la famosa C/. De la Feria explotaba radiante de felicidad, cogía espectacular movimiento, juventud y colorido, paseando, al cruzarse, había miradas que hablaban en silencio, nos calentaban la sangre de la venas, hacías por volverte a encontrar esa mirada.
Cuantos amores conseguidos, ¡Si la calle hablara! y cuantos deseos sin consumar: era la calle de los amores, de las ilusiones, de los sueños. No nos importaba si eran hijos de los padres de la Patria, vencedores o vencidos eso era cosa de los mayores, éramos una juventud noble, alegre, sana, con ilusión y con muchas ganas de superarse, había mucha rivalidad en hacer las cosas en menos tiempo y mejor que el otro.
A la salida de misa de la mañana era costumbre de tomar un vermut en casa de mi tío Emigdio conocido por casa de Emilio, primero en la C/. Prín en la Taberna Saturio, hasta el año 54, después en la Calle el Toldo N º. 5 que daba a la calle el Reloj hoy calle Gregorio Baudot era también una famosa casa de comidas fabrica de gaseosa la Revoltosa y fábrica de hielo todo el mismo edificio, o en Hermandades, bar Lucas u otros, todos desaparecidos. Nos queda La Gran Tasca el dorado y los Ocho. Solo nos queda el nombre porque no esta en el sitio donde estaba. En aquellos años había uno profesionales veteranos camareros, de impecables chaquetilla blanca pantalones y zapatos negros bien limpios. Ahora gozan de mejor vida donde no hay clientes ni bares, aquellos profesionales que antes de entrar en voz alta decían pasen al fondo y cuando llegabas a la barra ya tenias servido lo que deseaba porque sabían lo que tomaba cada cual.¿ Que le apetece de pincho don José? Dº. Juan tengo de todo le pongo unas mollejas recién hechas, tengo unos callos para chupase los dedos,. ¡Marchando una de callos! Mientras les ponía unas almendras tostadas y unas aceitunas rellenas.
La Calle de la Feria o calle Mayor como yo la llamaría, ya no es lo que era no es lo mismo es hoy una calle donde se anda deprisa, pero no se pasea,
es una calle con preocupaciones en los rostros, ensombrecida por la reconversión Industrial, la gente te dice adiós pero siguen andando, les digo, ¡Que tal estáis! Contestan bien, bien, muy bien pero no se paran. Bastante llevan con la carta del banco, o recoger al nieto del colegio.
Recuerdo los tiempos que estuve de frutero en el mercado de Abastos paseaban los años setenta, era otra cosa las mujeres hablaban sin prisa, decían ¿Y de donde vienes... alhaja...de poner una conferencia de telefónica, pues yo tengo un aviso de conferencia esta tarde a las ocho, la telefónica estaba regida por D.ª Goya, hoy en Feria Nº. 3. Iª planta.
Sabes de quien ha sido la misa hoy, de un forastero, el jueves es de la tía Florera, el sábado del marido de la Juliana la hortelana. Pues yo tengo que cumplir, díselo a Teresa tú que la ves más, contesta Paca me voy que tengo el cocido puesto, ¿A quien le compras los garbanzos? Decía Juliana, a los Ramos, yo también se cuecen muy bien, pues yo tengo la vez de la carne donde Mariano pero se esta comiendo las sopas de leche y sabes que hasta que no termina no despacha, tengo para más de una hora, donde Mariano ya se sabe, pero hace los filetes como nadie voy que ya me toca a coger la fruta donde los Praderas, y el pan donde León y me sobra tiempo hasta que me toque decía Paca. Pues yo llevo pescado de Juan el pescadero hoy tenia menos gente, voy a coger unos filetes donde Fernando que me despacha muy bien, y además mi hija es amiga de su hija Maria. Así continuaban largo rato. Ahora nada es igual me empeño en recordar pequeños detalles, hay un rectángulo de sombra y sol en la capilla de Santa Ana de la calle la Feria que tiene el mismo recorrido, y otro en lo que fue la churreria de la plaza de la Marina, lo demás de la calle el sol anda desorientado y no tiene el mismo recorrido que en aquellos años.
Ahora ya nada es igual. Voy a tomar algo que está donde antes no había bar, un camarero sin uniforme espera sin preguntarme que le diga lo que quiero,
digo una caña por favor me la pone sin mediar palabra, se pone a mirar la televisión, pasado unos minutos sin preguntarme pone unas aceitunas, mientras me tomo la caña miro a la calle muy pensativo. Pero a partir de cierta edad uno es lo que recuerda; sigo allí empeñado en reconstruir las murallas de mi vida, todos andan nadie pasea, nadie se para hablar, nadie toca el ala de su sombrero al pasar las señoras, ni militares con uniforme, ni curas con coronilla, ni monjas con los brazos cruzados, ni serenos ,
ni el camión del hielo repartiendo en los bares. Los niños ya no juegan en la plaza ni en la calle están navegando por internét, han cambiado el abuelo por la televisión.
Ya nada es posible. Intento recordar cosas que se fueron, se me agolpan
y se desbordan las imágenes de la calle y de la Plaza quiero restaurar lo roto, a veces veo unas chicas pasar como las de antes, pregunto ¡Quien son ¡ y resulta que son hijas o nietas, de las que yo desee tanto.
Lo triste es no darse cuenta de cuando miras atrás y no aceptas que el tiempo siempre gana la partida, hagamos rascacielos de esperanza.
Añoro los tiempos de nuestra juventud, la calle y la Plaza de antes.
Añoro los tiempos de la hermosa Cibeles de la que cuentan que recorría gigantescamente bella, sobre un precioso carro de bronce, por la calle mayor de las bellas Ciudades.
Sólo triste perdido y como ausente, vuelvo a lamentarme a solas. Porque sueño que los peces se bañan en la arena y los coches corren por las olas.
Y entre los trigos sobresale el color rojo de las amapolas.
Aunque tenga que hacerlo solo seguiré navegando por las pasiones de la vida.

Fausto Díaz


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09-03-09 10:52 #1911265 -> 1895613
Por:No Registrado
RE: Recuerdos de Colmenar Viejo.
Está bien que nos recuerdes estas cosas, pero de ahí a llamarlo "historia de Colmenar"..., mejor dejémoslo en "recuerdos" de Colmenar.

Yo llegué a conocer el ambiente que reflejas, la vida social que tenía la calle de La Feria, no llegué a conocer el baile de Cangilón, donde creo que el tio Paco Cola se paseaba con una varita separando a las parejas que se arrimaban más de lo que permitiera la moral de la época, aunque recuerdo ver subir y bajar a las parejas por las escaleras siendo yo de muy corta edad, con la mujer que vendía pipas y caramelos en la puerta. Del baile del tío Pelusa sólo tengo nociones por haberlo escuchado a los mayores, y el bar Central y el Azul ni los he conocido, aunque también recuerdo haber jugado muchas veces en la ventana del "Centro de especialidades Médico Quirúrgicas" que había en la plaza, y de incluso habernos colado a explorar su interior.

Todo lo que conocí lo describes muy bien; somos de distinta época pero veo que la vida social de la Feria fue la misma durante muchos años, quizás desde la posguerra, cuando era una calle con unos señores árboles de verdad, cuando jugábamos a vernos reflejados en el cristal curvo del escaparate de Valera y comprábamos lapiceros en la papelería La Madrileña camino del colegio de Isabel la Católica, cuando existían la panadería y la carnicería de la plaza, la primera en la esquina de la calle Las Huertas, enfrente de la droguería que ya no existe y la segunda donde fue muchos años el Banco de Santander, en ese rinconcito desaparecido junto a la confitería de la Encarna, la viuda de Baudot, en cuyo escalón siempre había alguien sentado porque no había bancos; Teléfonos encima de la ferretería de Guindilla, el almacén de maderas de La Española, la carnicería de Victorio Torres creo que era (que una vez cayó un rayo en su pararrayos y fue un acontecimiento) y la de Fernando, la frutería de la Jupa pegada a la Quinta Avenida, el kiosko de prensa del ciego delante del alto de la Tahona donde jugábamos a las bolas; los bordillos de la acera del bar de Garbanzo que servían para jugar a las chapas que allí mismo cogíamos del suelo, y los tres cines, qué narices, que todo se pierde y feron refugio de muchas tardes de frío!

Casualmente ayer domingo pasé por la feria y le comentaba a mi hijo que cuando yo tenía 17 ó 18 años se cortaba el tráfico los domingos para que la gente pudiera pasear a la salida de misa, desde la plaza esquina con la calle de El Real hasta la tienda de José Luis Rivas, frente a ibercaja, y por la calle de El Real, así, con artículo, que es calle de El Real y no calle Real, desde la calle de la Cuesta, desde la puerta del estanco de Peña hasta la plaza, y que se llenaba de matrimonios, parejas de novios, pandillas de chicos y chicas, niños, gente ociosa que se tomaba algo en los bares o que simplemente se dedicaba a saludar a quienes no veía en toda la semana; que en la plaza vendían chucherías el malagueño, que era colmenareño, el Emilio, la tia Antonia y la mujer del Abuelo, que era a su vez el guarda del frontón de enfrente del mercado, hoy reciclado en aparcamiento, que hoy todo se recicla, y me miraba como perdonándome la vida por empezar una nueva batallita.

¡¡¡Joé, qué tiempos aquellos que ya no van a volver nunca, cuando mi abuela me mandaba a comprar la gaseosa y el sifón a la fábrica de hielo!!!
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10-03-09 20:59 #1921030 -> 1911265
Por:No Registrado
RE: Recuerdos de Colmenar Viejo.
Hola; me alegro mucho que te guste recordar nuestros tiempos y parece que conoces bien esta andadura por el paso de la vida.
No estoy de acurdo que no sea historia es nuestra historia, puede que sea vino del año pero con el tiempo se hace reserva y buena.
un saludo.
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11-03-09 17:27 #1924167 -> 1921030
Por:No Registrado
RE: Recuerdos de Colmenar Viejo.
Oye, te voy a hacer una proposición, honesta por supuesto.

Vamos a repasar la calle de la Feria entre los dos. Empiezo yo y si me dejo algo me corriges. Vamos a ir desde la Plaza hasta la plazuela de "la harina", dicen que de la Marina, pero eso no es para los colmenareños, que nos moriremos diciendo plazuela de "LARINA".

Acera de la derecha. En la esquina, la confitería de la Encarna, viuda de Baudot, con sus célebres pastas cuya receta se fue con ella al otro mundo. Seguía la carnicería, donde estuvo en su día el Banco de Santander. Hacía una curva la acera con unos grandes árboles y venía una casa donde ahora está el centro de lectura de Cajamadrid, casa que vi derribar y en la que me dejó gran impresión ver a un hombre con una maza echando abajo las rejas de los balcones.

Después venía otra curva en la que estaba El Bebé, donde los niños nos parábamos y nos asomábamos para ver las carteleras del cine "viejo" o, mejor dicho, el cine "viejito" en el escaparate, y dábamos la vuelta por Boteros para ver por la ventana a las hermanas cosiendo a la luz de una bombilla que colgaba pelada del techo.

Vuelvo a la plaza y cojo la otra acera:

Primero la fachada del Ayuntamiento. A continuación la ferretería de Guindilla, que tenía de todo y creo que antes fue pescadería, cosa que no conocí; después venía la droguería, conozco al nieto de los drogueros, con su anuncio los tintes con una niña con cintas de muchos colores y el de Norit el Borreguito. Seguimos con el portal de subir por una escalera de madera a Teléfonos a la izquierda y enfrente la casa y estudio de Rafa Núñez, el "retra", que exponía sus fotos abajo en una vitrina y que tuvo muchos años al cantante Raphael jurando bandera. Luego, enfrente de El Bebé, estaba la casa de Teófilo Arranz, donde hoy es La Gruta, recuerdo a su padre, creo que se llamaba Pablo, sentado en una mimbrera a la puerta tomando el fresco y hablando con Oterino, su vecino, que tenía un comercio que nada tenía que envidiar al Corte Inglés: desde abarcas a pescado congelado, con el honor de que fue el primero que tuvo pescado congelado en todo Colmenar Viejo.

Seguimos: la casa donde vivían Pospós y todos los Posposes, debajo de la cual estaban los futbolines de Bermejo y el tio Julián de guarda, a quien le metíamos culebras que traíamos del río vivas por la portería de los futbolines y le decíamos que no salían loas bolas, venía el hombre a abrir y se pegaba el susto de su vida.

Luego venía el Bar de Lucas, hoy Cajamadrid, donde tantas bodas se celebraron, la de mis padres y mis tíos por ejemplo.

Cambiamos otra vez de acera para no olvidarnos de nada.

En la esquina con Boteros estaba la Quinta Avenida, con sus bocadillos como tú bien dices que nos comíamos antes de entrar al cine de los Colas. Luego venía la frutería de la Jupa y la tienda de las Cirilas, siempre con las agujas en la mano haciendo los jerseys más bonitos de Colmenar, yo tuve dos que me hicieron ellas y era un orgullo decir que eran de las Cirilas.

Luego venía la tienda del Francés, siempre tan serio, y luego la casa de los Sastres, en mi época ya no cosían ahí, creo que en la calle del Viento sí, pues ahí me hicieron un abrigo de los de antes.

Cruzamos otra vez. Estábamos en la casa de los Posposes. Venía luego el cine San Lorenzo, o de los Colas, el mejor de Colmenar con diferencia por comodidad y calefacción, y luego venía la casa de los Colas, seguida de la Capilla de la Feria, propiedad entonces de María y Catalina, las hijas de D. Félix Sanz, quien fue alcalde de Colmenar en 1901 y mandó hacer el lavadero, hoy casa de la juventud en obras. Y viene la chocolatería primero y después bar de la Morena, donde Morena tiraba cañas con destreza envidiable y las despachaba por la ventana en verano. Recuerdo que donde mejor sabía la cerveza era en la ventana de Morena, sobre todo de noche.

Por aquí viene la calle Capitán Gómez Pinto y casi enfrente, un poco más abajo, esquina con la casa de los Sastres, sale la calle Doctor González del Real, D. Eduardo, que a mí me descubrió vegetaciones y me mandó a operar a Madrid.

Siguiendo por esta mano derecha, en la esquina se montó el primer supermercado de Colmenar, más tarde fue el bar de Mostacilla, que se mudó posteriormente a Los Arcos. Al lado, por Doctor González serrano estaba la peluquería de Lucas Estevez, pero eso ya es otra historia.

Venía después del super una casa y la peluquería de Agustín y Carmen, él de caballeros y ella de señoras. Después venía el alto de la Tahona con el kiosko del ciego, Creo que a continuación venía el almacén de maderas de D. Pablo Malo, "La española", no lo ubico bien, y luego la farmacia de D. Aurelio, el "tío chichones", no sé por qué, a donde nos mandaban los mayores a comprar una peseta de polvos de perro soltero para los sabañones o a por la máquina de pica-pica para las almorranas, y nosotros íbamos inocentemente. Y la papelería de Cabañas, que luego se mudó enfrente, donde mi abuela me compró la primera caja de 6 pinturas de Alpino y fuí más feliz que Mateo con la guitarra. También recuerdo que en esa papelería "se cogían puntos a las medias", cosa impensable hoy en esta sociedad de usar y tirar.

Venía luego la esquina de la calle del Trueno, calle donde estaba el baile del tio Pelusa, con el Bar de los Colas o de La Línea, con sus mesas de mármol, la barra a la izquierda, la tertulia al fondo y su taquillita en un rincón según se entraba a la derecha para vender billetes de autobús, y la puerta de subir al baile de Cangilón, también de los Colas. Y luego la carnicería de Fernando y su madre, Higinia, y ya estamos en la plazuela de la Harina con la casa del diezmo donde Pablo el churrero, el hombre que mejor bailaba de Colmenar, nos deleitaba con churros, porras y buñuelos en la casa del diezmo.

Y vuelta para abajo. Estábamos en el bar de Morena. Ahí había muchas cosas pero mi memoria es más confusa. En ese tramo había algo en la esquina, luego venía una frutería, el bar de Garbanzo, la panadería de León, y después la carnicería de Victorio Torres. Y todo con grandes árboles que nos permitían jugar a las bolas y a las chapas. Cruzamos y teníamos la tienda de José Luis Rivas y... no recuerdo bien más hasta la nueva papelería de Cabañas, hoy peletería. Y ya estamos en la Plazuela de la Harina, con la tienda de Ramos, creo que era Enrique, y la churrería enfrente, esquina a la calle de los Frailes, antes Mendizábal, donde estaba el potro.

En fin, esto es lo que recuerdo, si me falta algo me lo rellenas si quieres, y nada más. Sólo recordar dos cosas: la primera la saña con que los municipales y los serenos nos perseguían, puede que por orden del tio Paco el alcalde, cuando nos subíamos a la farola (esperemos que vuelva a su sitio y vuelva a dar agua) y la segunda el abandono en que se encontraba la plaza en los últimos años.

Saludos cordiales.
Puntos:
11-03-09 17:32 #1924208 -> 1924167
Por:No Registrado
RE: Recuerdos de Colmenar Viejo.
Por cierto, se me olvidaba, en la calle de la Feria, en la puerta del Bar de Morena, conocí por casualidad hace treinta y cinco años a la que hoy es mi mujer, y luego coincidimos unos meses después en el baile del Manjú.

¿Qué no tenía la calle de la Feria entonces, que lo tenía todo, y ahora es una calle cualquiera y fea?
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