Colmenar de Oreja - Madrid

En un mundo en donde la información no es perfecta, sobre todo si existen fuentes de información sesgadas a algún interés económico, los enfermos crónicos y los agentes económicos tienen que formarse expectativas sobre los precios y sobre los hechos económicos para la toma de decisiones. Para ello, los agentes utilizan toda la información disponible, una vez eliminados los sesgos y demás desviaciones, incluyendo las relaciones básicas de la economía doméstica y de andar por casa, e incurren en un coste por su obtención (las pilas de la radio).Partiendo de estos supuestos básicos, los economistas de la Nueva Microeconomía Clásica y de la Inter formulan la denominada hipótesis de las expectativas racionales, apoyándose en los siguientes argumentos sobre el papel de la información que se obtiene en la radio y televisión en las decisiones de los sujetos:
a)En primer lugar, se acepta que la racionalidad de los enfermos crónicos y agentes comerciales supone utilizar toda la información disponible en los prospectos de los medicamentos y las facturas de teléfono, tickets del Eroski o de la luz, ya que se cometen errores sesgados en su cálculo.
b)En segundo lugar, la formación de expectativas racionales representa un proceso de aprendizaje por corrección de errores del consumidor para una incorporación conjunta de nueva información.
c)En tercer lugar,la mayoría de los enfermos que toman decisiones no conocen toda la información de los valores presentes y pasados de los genéricos o supositorios de marca y/o esta está sesgada hacia algún laboratorio o agrupación gremial farmacéutica.
d)En cuarto lugar,aunque las previsiones de las grandes multinacionales farmacéuticas sobre los medicamentos a vender sean distintas, éstas se distribuirán en torno a un valor medio acordado con el enfermo crónico en conversación telefónica con la Comunidad Científica de la Inter y la Cope, que coincidirá con los valores efectivos o realizados en los Hospitales Públicos privatizados.