Carabaña - Madrid

Estimados vecinos, amantisimos hermanos todos, en el Corazón Eucarístico de Jesús.

Hace ya bastante tiempo, que pretendí, ayudado del Todopoderoso Hacedor, crear en vosotros hermanos el hábito, tan cristiano por otra parte, de perdonar al que pretende ofendernos, y ayudar al que lo necesita por estar perdido o al menos desorientado.

Con este afán, y revestido de un sano humor, comenzé a escribir una serie de epístolas o cartas, como más os guste llamarlas, encaminadas a haceros pasar con su lectura unos agradables momentos.

Eran éstas comunicaciones en primera persona, de viviencias y anécdotas que yo, en mi recatada vida monástica "disfrutaba" y que con esta transmisión pretendía haceros disfrutar también a vosotros.

Hace ya bastante tiempo, como decía al principio, y al entrar hoy de nuevo en este foro, observo con estupor, como ha tomado posesión de él, lo más chabacano, soez, estúpido y negativo de la conciencia humana.

Quería haber comenzado de nuevo hoy mis relatos, pero al ver lo que hay, he decidido dejarlo para mejor ocasión, espero sepais disculparme, pero es que estoy profundamente avergonzado, y desilusionado al comprobar que mis enseñanzas, no han servido para nada.

El maligno parece haber triunfado, sólo espero que este triunfo no sea definitivo, y que de nuevo vuelvan a campear la cordura y la razón, por vuestras entendederas, circunstancia que preveo harto dificil, pero que espero de corazón, que con la ayuda del Señor, os sea más facil alcanzar este objetivo.

Para terminar alertaros de los falsos cantos de sirena, que con motivo de las Elecciones Generales, a celebrar el próximo día 20 de Noviembre escuchamos por todos lados, unos vendiéndonos que van a arreglar en 24 horas, lo que han tardado en estropear toda una legislatura; y otros queriendo hacernos creer, que los platos rotos no los vamos a pagar los de siempre, y pretendiendo, al mismo tiempo, que nosotros ingenuamente nos lo creamos. En fin, carísimos hermanos, lo de siempre, que cuando "la cosa" pinta mal, surgen colectivos que animados del mas alto espíritu, pretenden salvar la Patria.

Libraros de unos y de otros como si del mismo diablo se tratara, ésta es mi opinión.

Un saludo desilusionado pero al mismo tiempo optimista, de éste que os ama en Cristo.

Fray Bartolomé de la Orden de los Inconsecuentes.-