Cadalso de los Vidrios - Madrid

Pasaré diez dias de estas fiestas en Cadalso. Siempre es agradable recorrer sus calles y su campos tranquilo, parsimonioso, pensativo... como flotando. Algunas tardes-noches, bajaré a tomar cañas, las compartiré con gente que fué conmigo a la escuela, que se enamoró, que se apenó, que lloró, que se alegró conmigo... Sentiré esa íntima satisfacción al entrar a los bares y recibir complacido ese calorcillo que te reconforta al igual que antes te sobrecogió en las calles la niebla, la humedad o un recuerdo que te encoge el ánimo. Son muchas sensaciones que quiero seguir sintiendo hasta el final. Porque me doy cuenta de que es una de las cosas más importantes que poseo y que se remontan a mi nacimiento. ¿Sabéis?, yo nací en una casa cadalseña muy pobre, dormía en el habitáculo superior con mi abuela que siempre me cubría con muchas mantas y su amor, el frío se colaba entre las tejas y las maderas que las sujetaban y si llovía teníamos un montón de goteras. Pero yo todos los recuerdos que guardo son hermosos, bonitos, dulces... Sigo atesorando aquel amor dentro de mí, en algún sitio de esos misteriosos y desconocidos que aparecen cuando menos los esperas, como una enamorada fiel que te aguarda feliz y satisfecha... No siempre hemos sido como ahora, con tantos coches, viajes, lujos, casas, móviles, televisores. No, qué va. Antes me parece a mí que éramos mas nobles, más auténticos, más enamorados de nuestra humildad... Recuerdo que antes se compartía el pan y los frutos del campo, se compartía casi todo. Todos vivíamos con todos. Nuestros abuelos y padres salían en invierno a por leña y a veces les pillaba una nevada y los veías aparecer como si fueran una maravilla venidos de un mundo blanco y bueno. Yo llevé muchos pantalones remendados y algunos se reían de mí por esa causa. ¡Cómo si yo tuviera la culpa de nuestra pobreza! Pero me siento enormemente orgulloso de mi procedencia, de mi pueblo, de mi gente, de mi familia... Muchos tienen sus raices de rancio abolengo: nobles, ricos, inteligentes, importantes, trascendentales... No me importa, alguna vez he frecuentado ese ambiente de casualidad y comprobé que lo mío, ¡Ah, lo mío!, es absolutamente insustituible por lo suyo, por la simple razón de que para mí es de muchísimo más rancio abolengo. Y una vez se lo dije a una persona importante y no me miró bien... Pero hubo otro que le gustó, y me dijo que nadie, absolutamente nadie, debe renegar de sus principios. No sé si os he dicho que en estas fiestas voy a pasar unos dias en Cadalso para reencontrarme con todo esto, si os lo he dicho no importa, os lo repito porque es mi manera de vivir... Y ahora paro, porque me estoy emocionando, ya seguiré en otro instante. Se me están viniendo muchos amores de golpe. Voy a colocarlos...

Buenos dias" Cadalseño" me has hecho rememorar unas navidades que hace años que ocurrieron,realmente eran así habia amistad cariño y en la mayoria de los casos poco dinero; eso sí eramos tan "RICOS" que teniamos cariño e ilusiones.Buen comentario el de ese alguien, nunca reniegues de tus principios.

Gracias a tí por tus comentarios llenos de cariño. Mientras no nos quiten la mente y los recuerdos seguiremos allí, disfrutando. Saludos.

Muy bueno Cadalseño, nos haces recordar tiempos mejores.Yo también viví la época que comentas y siempre tengo nostalgia , pero me quedan buenos recuerdos y mantengo los amigos de entonces ,cuando el ratito que no estabamos jugando por las calles lo haciamos en la lumbre de los padres o abuelos.Cuando nos hacíamos la zambomba y salíamos con la botella de anis a pedir el aguinaldo por todo el pueblo, entonces si que le dímos importancia al mazapan-gallito que nos regalaban.Y luego despues de cenar todos al baile de Cañardo, a ver si alguna nos hacía caso.
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Saludos y Feliz Navidad a todos.

Espero que disfrutes de esos maravillosos días y que nosotros también lo hagamos. Todo merece la pena si se encara con optimismo y decisión. Tal como parece que lo afrontas tú... Suerte para todos y felicidad para siempre.