Cadalso de los Vidrios - Madrid

PARA “EL CESAR” DEL CICLISMO

Los ciclistas son hombres soñadores, guerreros de los pedales y de las montañas, criaturas solitarias en búsqueda de una ilusión que a veces les resulta inalcanzable.

A César Neira la soledad del ciclista le impulsa hacia su propia meta de superación. Por eso superó un gravísimo accidente y vence ahora aquellos inconvenientes que se encuentra en su admirable vida. Su refugio es su soledad y de ahí extrae esa tenacidad que le ayuda a continuar junto a los mejores ciclistas y a los más válidos seres humanos.

Su bicicleta es su confidente y a ella le susurra todos sus sueños e inquietudes. “-El ciclismo me ayuda a superar los peores momentos…”, me lo dijo una mañana soleada al coronar “La Granjilla”; aunque seguramente a quien de verdad se lo comentó fue a su bici, yo solamente acerté a pasar por allí y se lo oí mientras que los pinos y las jaras reventaban de satisfacción primaveral.

En silencio, en secreto íntimo, los corredores, como cualquier criatura entrañable y sensible, se fascinan ante ese esfuerzo que por sí solo genera magia y misterio. Aparece entonces –junto a la fuerza física- la fuerza de los sentimientos. Y es gracias a esa combinación de potencias humanas que has ganado –que nos has ganado para todo Cadalso- estas medallas que hoy emocionados te agradecemos. Son tuyas, pero a la vez un pedacito de ellas son nuestras: de la gente que confía en tí, que te ayuda, que te aplaude, que te acaricia o te mira embelesada pasar por las carreteras de nuestra comarca. Esas personas que como tu madre, tu tía Chefi, tu mujer o tu hijo te están esperando sonrientes en la cumbre del amor para darte un beso y un abrazo y decirte bajito al oído: ¡Enhorabuena Campeón y gracias por hacernos felices!

Desde luego, hay que ver pones los pelos de punta. sigue escribiendo asi para que algunos podamos apreciar, lo bueno de la gente, animo a ti y al ciclista