Cadalso de los Vidrios - Madrid

Este video lo encontré por la Red. Es una tarde de toros de las Fiestas de Cadalso. Y me ha emocionado. La Banda de Música sale uniformada y formada de la Plaza del Ayuntamiento, como es tradicional, en dirección a la plaza de toros. Abre la comitiva una amazona y un caballero que van elegantemente ataviados montando unos caballos enjaezados primorosamente. La Banda de Cadalso les sigue en perfecta formación dirigidos por su Director, Merchán (su padre tocaba como los ángeles la trompeta, si es que los ángeles saben de estas cosas; siempre le veo siguiendo a los músicos de forma discreta, lento, emocionado... como si fuera acariciando las calles cadalseñas), esta tarde los músicos atacan el pasacalles "Los Nardos" de forma refinada y entusiasta, sin disimular esa alegría emotiva que nos embarga a todos. Luce el sol y los cascos de los caballos rebotan en los adoquines y provocan un eco placenteramente envolvente a su paso por la calle del Cuerno. Este momento tiene algo de magia difícil de explicar. La brisa mueve indolente y plácida las banderas colgadas por todo el recorrido. Hay tantas, acertadamente situadas, en La Corredera que brindan una sombra que agradecen los paseantes mientras se detienen admirados para ver pasar a la Comitiva. El sol hace brillar miles de colores internos y externos y dulcemente acaricia nuestras memorias. Parece un Paraiso. En realidad es el Paraiso Cadalseño.
La gente y Las Peñas les abren paso con admiración y respeto. Por momentos parece que el ruido de las charangas acalla el pasacalles, pero inmediatamente vuelve a brotar para dominar todo con sus acordes. Y siguen desfilando seguros, satisfechos, orgullos y felices de ser lo que son: mensajeros de emociones. En la calle Juan Ramón Jiménez no penetra el sol y se oyen cientos de gritos de los peñistas. Pero la música se adueña, se enseñorea del instante mientras la amazona, "Sofía y Azabache", sonrie displicente a los comentarios prosaicos y dichosa a los ocurrentes. Rafa Carlevaris pasa fugaz por esta tarde encantada pertrechado con sus utensilios fotográficos que embellecen todo lo que captan. En La Huerta se detienen los caballos para esperar a los músicos, ceremoniosamente embebidos la Peña Muñana les deja el paso expedito. Van llegando al coso y la música de Las Cadalseñas se hace presente, se retiran con respeto y de nuevo las notas de Los Nardos se escuchan conmovedoramente mientras la gente pasa animada camino de la entrada a los toros.
Un golpe seco del "bombo" detiene los acordes de la Unión Musical que tocaba parada frente a la Puerta Grande. Deshacen la formación y van camino a su lugar. Los presentes quedamos unos segundos quietos, embelesados, antes de emprender camino hacia nuestras localidades. Durante todos los días de las Fiestas asisto a este momento especial al igual que otros muchos cadalseños. Algo de nosotros muy íntimo y querido desfila junto a la Unión Musical de Cadalso de los Vidrios. Alguien dice a mi espalda que la música es tan sublime que nos hacer ser mejores personas.