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Número dos de la mezquita de Lérida: "La Constitución no nos prohíbe negarle la mano a las mujeres"

De nuevo la mezquita de Lérida en el punto de mira de la polémica. El imán de Lérida Abdelwhab Houzi protagonizó su primera polémica en el 2005 cuando, durante el Ramadán, se negó a ser entrevistado en La Mañana TV por una periodista argumentando que esta se había maquillado. La dirección de esa televisión local decidió que fuera un periodista quien le entrevistara solo sobre su negativa. Houzi la justificó "por respeto al Ramadán" y "para evitar la provocación.

Durante estos años, en varias ocasiones, la presidenta de la asociación de vecinos avenida del Segre denunció al ese imán por trato discrimatorio en varias ocasiones por negarse a recibirla por ser mujer. Esta actitud hacia las mujeres, basada en una interpretación ultraconservadora del Corán, es defendida por los fieles del imán en Lérida. La nueva polémica sobre el imán, que a sus 47 años, 17 de ellos en Lleida, acaba de quedarse en paro tras traspasar su carnicería, se produjo a raíz de unas denuncias contra él por poligamia y supuestos malos tratos. Incluso Àngel Colom, responsable de inmigración de la equidistante Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), pidió su deportación por sus discursos radicales. El revuelo pilló a este líder religioso en el extranjero y sus seguidores quienes han salido en su defensa.

Housein Kuiten, un argelino que ejerce de número dos de la mezquita, defiende las enseñanzas del iman Abdelwhab Houzi y justifica su negativa a dar la mano a las mujeres. "Los medios siempre envían a alguna mujer para provocarnos con su vestuario occidental y aquí hay un Estado, un presidente que se llama José Luis Rodríguez Zapatero y una Constitución que no dice que negarse a dar la mano sea un crimen", afirma. "El imán no es autoritario, te dice cómo tienes que comportarte. Es el Corán", insiste

También defiende al imán la esposa de Hussein, Amina, antes Susana Gatius, una chica leridana convertida al islam. Amina señala que quienes critican al líder religioso son unos "ignorantes" pues este "simplemente cumple con su religión". "Mi marido tampoco saluda a las mujeres. Yo, cuando en el banco van a darme la mano, digo que mi religión me lo impide, lo que no significa que no respete a la otra persona", comenta.

Amina cuenta que Houzi se dirige a las mujeres en la mezquita los sábados tras una inmensa tela negra y que nunca habla de política. "Habla como un cura, de temas espirituales, el sábado pasado nos habló del destino, Colom podría venir aquí y oírlo", señala.

Su marido insiste en la labor social del imán. "Nos dice que respetemos a los padres, que no critiquemos a los gobiernos ni al alcalde porque es de mala educación", afirma. Como él, todos sus seguidores insisten en que nunca habla de política, aunque reconocen su presencia en temas sociales y privados de la comunidad. Abdelilá, un marroquí que trabaja en una librería islámica, explica que el imán "se preocupa de los problemas sociales, cuando un matrimonio se divide, lo une".

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