Botellones a mogollón Cualquier motivo es bueno para organizar una fiesta. Bueno, una fiesta! Es demasiado decir que un botellón es una fiesta... Las fiestas, al menos antes, se celebraban para eso: para celebrar algo, y algo merecido, perseguido y conseguido... El botellón se consigue, por ejemplo, al principio del curso académico (y de un curso académico universitario,¡por Dios!, y por algo que no se ha perseguido, ni merecido... Ayer me dió una vergüenza muy grande ver esos rebaños de jóvenes en muchas de nuestras ciudades haciendo "botellón"... Para ellos son verdaderas bacanales, misas a Baco, el díos del vino... Y además, sin merecerlo, claro. Está mal coger una trompa siempre. Pero la fiesta de fin de curso, la de fin de carrera, la de fin de una casa, la de despedida de solteros, la del patrón del pueblo, la de la jubilación... son todos motivos merecidos... El botellón, mis pobres jóvenes de hoy, ¡no!!! Si tenéis jóvenes así, a vuestro lado, decidselo... |