Villalquite - Leon

OPINIÓN


Viernes, 10 de Febrero de 2006




Dos varas de medir
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EL BALCÓN DEL PUEBLO
JUAN F. PÉREZ CHENCHO

ESTÁ más de actualidad que nunca. Unamuno lo dejó dicho para la eternidad: nada es verdad ni es mentira, sino del color del cristal con que se mira. Pero todo tiene su límite. Las cosas no pueden ser blancas y negras al mismo tiempo. Y es lo que nos quieren hacer creer algunos dirigentes políticos. Citaré varios ejemplos. Son como inflexiones de la memoria del ayer y del hoy. Todos están en la actualidad. Vayamos con el primer ejemplo: Cuando Manuel Fraga propuso en el Parlamento la devolución de los «papeles» de Salamanca a la Gneralitat catalana se dijo que era un hombre con sentido de Estado. Cuando el actual Gobierno, en cumplimiento de una ley aprobada en las Cortes, devuelve esos documentos, los mismos de antes opinan que es la destrucción del Archivo y un expolio para Castilla y León.

Otro ejemplo: Cuando José María Aznar pactó con Convergencia i Unió la cesión del 30% del IRPF, se valoró como un avance en la consolidación del Estado Autonómi co. Cuando el actual, presidido por Rodríguez Zapatero, amplió la cesión hasta el 50%, las mismas voces pregonan que se está desmembrando España. No son las voces de los populares catalanes, pero sí de la casi totalidad de los dirigentes azules de las demás latitudes de nuestro país.

Y otro más: Cuando durante los gobiernos de Aznar los jueces, con los informes previos de los fiscales, pusieron en libertad a condenados por terrorismo, tras aplicarles las redenciones previstas, se valoró que el Gobierno de entonces respetaba la legalidad vigente y la división de poderes. Cuando en estos días se pueden producir también la salida de la cárcel de condenados por terrorismo en las mismas condiciones, los mismos de antaño aseguran que ahora es un pago adelantado a los terroristas para que dejen las armas.

Cuando el Gobierno de José María Aznar -como antes lo hicieron los de Felipe González y Adolfo Suárez- mantuvo negociaciones con Eta en la sede de Nestlé en Vevey, barrio periférico de Zürich, y el propio presidente llamaba a la banda terrorista «Movimiento de Liberación Nacional Vasco», lo hacían por sentido de la responsabilidad y en beneficio de los españoles. Si el Gobierno actual negociara con Eta, aún después de que la banda renunciara a la lucha armada, lo haría para traicionar a España y para ofender a las víctimas.

Son suficientes ejemplos. A eso se le llama tener dos varas de medir. O de buscar paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio. También se llama negar la realidad, como hizo el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, en su visita institucional a la Maragatería, al no reconocer la crisis en el PP leonés. Es evidente que con estos juegos quieren engañar a la ciudadanía. Pero sobre todo nos mienten porque nos toman por tontos. Sin embargo, los que se equivocan son ellos. Los que recurren a argumentaciones que ofenden a la inteligencia del ciudadano común y no haya sido intoxicado previamente. El tiempo será testigo.