Valdevimbre - Leon

Yo no soy la que aro...¿quién soy? Acertaste: soy la que entorno.

Y el reloj marcó las diez
Y al colegio vamos otra veeez
Dispuestos en filas de a uno
Vamos entrando por tuuurnos.(con música de canto gregoriano)

La escuela comenzaba a las 10, pero para esa hora ya habíamos vivido buena parte del día.

-¡Hala, hija, que ya acabó tu padre de uñir las vacas! y mientras desayunas.......-decía madre.
-(vaya, otra vez sopas de ajo)- pensaba yo.

Con más sueño y modorra que otra cosa, nos tirábamos de la cama para hacer el camino a las viñas, bien andando o bien en la burra;y allí nos esperaba “el cacho”.
“Surquíabamos” (arar los surcos cercanos a las cepas) antes de ir a la escuela (ésta no se perdía nunca)
Con el cacho (palo acabado en gancho de hierro), cogíamos las ramas con frondosos tallos que darían exquisitas uvas:
*La primera rama, del cacho para el pie o pierna.
*La segunda del cacho para la mano izquierda; la tercera.... una, dos.....y hasta cuatro o cinco para esta mano (abre y cierra sin soltar las que has cogido ya) se las iba entregando el cacho.
*Por fin la última, con “el cacho” y la mano derecha, el paso adelantado, cogiendo impulso para correr, tropezando y casi cayendo, a la siguiente cepa, al paso cansinode la yunta en el caminar.
Vuelta la misma faena, hasta completar todas las cepas de ida, otras tantas de vuelta; eso de un surco, luego el otro y el otro.......
Llegaron las nueve de la mañana:
-Hoy no tuve tiempo de hacer la tortilla- se lamentaba madre.
Un cacho de pan en una mano, un cacho de chorizo en la otra (qué suerte cambiar un “cacho” por otro) y almorzando por el camino que, obligatoriamente había que hacer andando para poder comer a la vez (que, en cierta ocasión alguien se perdió, fue a parar, creo, que a San Esteban y se jugó la escuela, desconocíamos los caminos, con tan corta edad). Y ese día no tuvo que escuchar las mismas preguntas de todos los días, donde la respuesta siempre era “sí”.
-Que, ¿vienes de entornar?
-Sí, de allí vengo.
-¿Ya vas para la escuela?
-Sí, pa’llá voy.
Luego, a las cinco, hacíamos lo mismo, pero a la inversa, aunque la respuesta seguía Siendo”sí”.
-¿Ya vienes de la escuela?
-Sí, de allí vengo.
-Y ¿Vas a entornar?
-Sí allá voy.

Ahora el camino era más corto; andaban por los Cuatro Caminos, por el Tejar, El Espinar..... Nos sentíamos cansados y había que dosificar esfuerzos; aunque, desde luego, íbamos a entornar otra vez.

Si no fuera porque soy posterior a Miguel Hernández diría que se inspiró en mí para escribir su poema de “El Niño Yuntero”.
En los días que no había que volver a entornar por la tarde podíamos entregarnos a jugar al escondite, versión “la plaza”, que era uno de mis favoritos.

Era para contar algo del mes de mayo, a petición de Carlos. Quizá no fuera ésta una de las anécdotas más bonitas, aunque a mí hoy me parezca maravilloso y me ría de ello.

Un saludo a todos los que visitáis el foro, que he oído que sois muchas y muchos. Ahora, precisamente hay tres visitantes. Colgarán algo?

Elvira

HOLA VIRINA! ACABO DE LEER TU ANECDOTA Y A MI ME PARECE TAMBIEN MARAVILLOSA. QUIZA AHORA COMO BIEN DICES NOS RIAMOS, PERO POR AQUELAS FECHAS NO CREO QUE LO HICIERAMOS.
LA VERDAD QUE ERAN OTROS TIEMPOS Y ¡COMO CAMBIA LA VIDA!. CUANDO ESTOY LEYENDO LO QUE RELATAS(QUE PARECE QUE LO ESTOY VIVIENDO DE LO BIEN QUE LOS HACES) ESTOY TOMANDO CAFE, LEYENDO LOS PERIODICOS Y PENDIENTE DEL MOVIL¡INCREIBLE EN LOS TIEMPOS QUE MENCIONAS!
ANIMO VIRINA A SEGUIR RELATANDO HISTORIAS TAN BONITAS, PERO QUE NO VOLVEREMOS A REPETIR.
UN ABRAZO PARA TODOS DESDE LOGROÑO, DE CARLOS

Leo esto e igual que Elvira ahora lo recuerdo y me rio, pero tambien recuerdo los malos ratos cuando te encontrabas agotado y se rompia alguna rama que se te escapaba, pues te llevabas una gran reprimenda, que tiempos aquellos, me encanta que recordemos aquellas cosas. Un saludo para todos y gracias por narrar estas cosas que tantos recuerdos nos trean.

Hola, Ángel:
Aquí hoy está lloviendo y, aunque en estas fechas andábamos a todo
meter con la entornadera, nos hubiéramos sentido felices y contentos
pensando que mañana nos íbamos a librar del duro trabajo y de las
reprimendas. Yo pensé que sólo me reñían a mí cuando se rompía un tallo,
pero ya veo que pasaba en todas las casas igual; procurábamos esconderlos, pero mi padre siempre lo descubría.
A veces, bueno, siempre(¿por venganza o por miseria?) cortábamos algunos cuando no nos veían , les quitábamos la monda y nos los comíamos, tenían un sabor agrio....estaban tiernecitos...
Hoy, en los viñedos plantados en espaldera llevan otro sistema: podan en verde, es decir, quitan muchos tallos; más adelante, también eliminan muchos racimos, porque buscan calidad y no cantidad. Además están distribuidas las cepas de tal manera que no es necesario entornar.
Ahora mismo está el campo precioso:
-Los viñedos muy limpios, ya brotados y con sus espigos.
-Los trigos y cebadas muy verdes y enjutos.
-Las cunetas y "robadillos" (si, aquellos que nos servían para subir a
la burra cuando nadie nos podía dar el pie) poblados de mil flores (algunas no las conocía y otras, hacía años que no las veía)
¿Será por lo que ha llovido y el calor que vino después?
Y que San isidro, este año, no sacó agua en una procesión preciosa,por las eras de Mediavilla, los cuarteles, la plaza y por detrás de la iglesia. Yo no sé cuánto tiempo hacía que no la veía: mi enhorabuena para todos los cofrades que son, según creo, pocos y les toca a mucho pagar.
Saludos,
Elvira