Valderas - Leon

¿Cómo sucedió? Sucedió "de acuerdo con el plan". Lenin afirmó que los comunistas debían prestar su ayuda a todo movimiento orientado hacia la izquierda y promover la implantación de gobiernos constitucionales débiles, de signo radical o socialista. Después socavarían esos gobiernos y les arrancarían de sus manos vacilantes el poder absoluto instituyendo un Estado marxista. El procedimiento es bien conocido y ha sido comprobado. Forma parte de la doctrina y táctica comunistas. Ha sido seguido de manera casi literal por los comunistas de España. [...] Desde las elecciones celebradas a principios de este año, hemos asistido a una reproducción casi perfecta en España, mutatis mutandis, del periodo de Kérensky en Rusia.

Este relato fue expresado por Winston Churchill, siempre lúcido en sus escritos.

Porque, efectivamente, Lenin había ordenado el 20 de diciembre de 1917 a un bolchevique polaco llamado Feliks Dzerzhinsky la organización de una comisión especial para combatir a los contrarrevolucionarios y especuladores, que sería conocida por las iniciales ChK (abreviatura de la Vserossiskaya Chrezvytchïnaïa Komissia po bor´bes kontr´-revoliutsii, spekuliatsei i sabotaguem- la comisión panrrusa extraordinaria de lucha contra la contrarrevolución, la especulación y el sabotaje) y que sería "importada" a España como sistema represivo por el Frente Popular antes de dos décadas.

Bajo las sucesivas denominaciones de GPU, OGPU, NKVD, MVD y KGB, este "órgano especial" continuó existiendo hasta la desaparición de la dictadura soviética en las postrimerías del siglo XX; pero el nombre de lo que no era sino un servicio secreto cuya finalidad consistía en implantar un régimen de absoluto terror de Estado, se vulgarizó en España como "Checa", y servía lo mismo para identificar al siniestramente famoso "servicio secreto" que al lugar donde ese organismo tenía instalada la aviesa "oficina" donde se "prestaba declaración".

Junto al término españolizado de "checas", se hicieron triste y siniestramente famosas otras expresiones como, por ejemplo, la de "paseo", que indicaba el viaje o "paseillo" que distaba generalmente desde la propia checa o cárcel miliciana hasta la cuneta, descampado o callejón oscuro donde el cabecilla de turno "tuviese en gana" dar el "tiro de gracia" que consumase el asesinato irracional de toda aquella persona con algún tipo de filiación falangista, católica o, simplemente, le cayese mal a algún frentepopulista.

Otro término usado, por desgracia, con frecuencia en esa época de terror republicano, o terror de Estado como hemos indicado, era el mencionado de "sacas", correspondiente a las salidas de los presos desde las cárceles hasta los lugares donde eran fusilados en masa, como fueron los casos de Paracuellos, Torrejón de Ardoz y otros más.

La excusa típica del proceder aterrador de las checas era "tomar declaración" al detenido; antes se saqueaba su vivienda so capa de "buscar pruebas" y se le llevaba al "tribunal". Los propios "chequistas", o comisionados, se atribuían diferentes funciones, como eran las de recepción y control de los detenidos, registro de los objetos procedentes de los robos del domicilio de los detenidos y la administración del centro de reclusión, igualmente denominado checa.

Las sentencias dictadas por estos "tribunales" carecían de apelación, eran firmes y además de ejecución inmediata, generalmente durante la noche o al amanecer. Sólo cabían tres decisiones: la muerte de reo, el encarcelamiento o la puesta en libertad. Para ocultar las pruebas documentales de los asesinatos, éstos se señalaban en una hoja sobre la que se escribía la letra L -igual que en el caso de las puestas en libertad- pero, como señal a los ejecutores, la L que iba acompañada de un punto indicaba muerte.

En la tercera línea del último párrafo se debe entender "la muerte del reo".

Quinto.

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