Foro- Ciudad.com

Val de San Lorenzo - Leon

Poblacion:
España > Leon > Val de San Lorenzo
29-05-11 12:26 #7997489
Por:No Registrado
La juventud me la robaron en la cárcel y después a trabajar en la mina como perros”
BIOGRAFÍAS SINGULARES / Fidel Martínez Rodríguez
“La juventud me la robaron en la cárcel y después a trabajar en la mina como perros”
A sus 96 años hace esculturas en su huerta y recuerda los avatares de su vida


MAURICIO PEÑA
Fulgencio Fernández / León
Desde hace años sale cada día al monte, cuando tenía más fuerzas con una mochila, y ha ido recogiendo piedras que le gustan para construir con ellas ‘esculturas’ en la huerta de su casa en Sotillos de Sabero. Allí también encontrarás unas ruedas de bicicleta que mueven engranajes con el agua de la presa, pequeñas esculturas y otras hechas con cintas de desechos de las minas cercanas, en la mayoría de las cuales trabajó Fidel Martínez Rodríguez, nacido en Olleros de Sabero en 1914. “Sí señor, yo soy, nací en Olleros hace 96 años, trabajé en la mina, estuve preso por rojo —que no sé donde me vieron el color pues yo me veo blanco como todo el mundo— volví a la mina, me jubilé, puse un bar, me cansé, lo cerré y ahora tengo una huerta... y a esta nieta que aquí está, Bea, bueno y otro nieto, Álvaro, pero ésta viene más por aquí”.
Precisamente su nieta, Beatriz, es la que conduce la conversación pues, admiradora de su abuelo, ya le ha escuchado muchas veces sus ‘batallas’ (nunca mejor dicho) y hasta le ha grabado sus recuerdos en vídeo.
“Nací en Olleros de Sabero el 24 de noviembre de 1914 y lo mejor que tengo es la infancia, fue muy buena. Mi padre era minero, vigilante plantilla, y ganaba un sueldo regular, que nos permitía vivir sin aprietos, jugar, correr... Sí fueron buenos tiempos, pero allí se acabó todo”, dice como prólogo a un largo relato de su vida, mucho más cargada de calamidades y trabajos duros que de momentos agradables.
Y en ese relato de recuerdos que le enturbian un poco la mirada hay una fecha clara de inicio, 1936. “Viví en Olleros hasta 1936, con la República y aquello. Para trabajar en la mina había que tener un carnet de la CNT o la UGT y yo lo había sacado; pero amigo al llegar los falangistas, que eran muy acérrimos, se empezó a detener a la gente que tenía carnet y a mí con ellos. Nos concentraron en el Pozo la Herrera hasta ver qué pasaba, sin hacernos nada, pero a los seis u ocho días entró una columna por Sabero, otros por Valdoré, otros por el otro valle... Quedamos cercados en Olleros y ya empezaron los tiroteos”.
Fidel mira al suelo, después al horizonte, se queda callado y tiene que ser su nieta la que le arranca los recuerdos.
- Creyó que le mataban abuelo.
- No lo creí, lo vi. A muchos mineros primero les disparaban y después preguntaban, mataron a tres o cuatro a tiros, y la ya gente estaba asustada.
- ¿Pero era rojo o no?
- Era un rapaz, no entendía nada de política. Estuvimos quince días en el monte y aquello se ponía tan mal que largamos para Asturias, andando hasta el puerto de San Isidro, que era donde estaban las que llamaban fuerzas rojas, aunque si lo miras bien nosotros éramos los nacionales porque defendíamos al gobierno legal de entonces, un lío.
Fue tan duro que no se le ha borrado ni un recuerdo, ni un nombre. “Dormimos en Reyero, en unas cabañas, y los pastores nos dieron leche. En San Isidro estaba Ramirón, el de Vozmediano, que era el capitán del grupo. Nos unimos ocho de Olleros, y bajamos a Moreda, en Asturias, y después a Covadonga, que pasamos más hambre que perros. En el Hotel Pelayo y el Favila, mucho ‘ringo rango’ pero de comer nada, decían que mataban una vaca diaria pero nosotros no veíamos la carne”.
Sólo era el comienzo. La memoria de Fidel guarda un largo rosario de lugares y anécdotas: Santander (“nos dieron un fusil polaco de unsolo tiro que cuando disparabas daba un culatazo que te tumbaba patas arriba”; Estaca de Trueba (“nos dieron otro fusil más moderno pero estábamos vendidos, allí no había ni orden ni disciplina, ni nada”) para desembocar en La Lora (Burgos), una trampa. “Nos mandaron a un caserío, con ermita y campanario,en el medio de una finca. Allí nos dejaron entrar con la idea de matarnos después, estábamos vendidos. Cuando nos acercamos a 50 metros de la casa empezaronun tiroteo de ametralladoras, desde la torre, que no teníamos más defensa que los montones de tierra de los labradores. Íbamos dos compañías y allí quedó machacada más de una y media”.
- ¿Fue lo del milagro?; dice Bea.
- Sí. Yo no creía en los milagros pero aquel día… Estaba herido en una pierna, en la pantorra, tenía una bala. Pero se metió en medio minuto una niebla muy espesa, no se veía nada, y pudimos escapar de la ratonera, me sacaron dos compañeros haciendo una camilla conlos fusiles. Un calvario hasta que llegué al hospital de Reinosa.
Un calvario que sólo era el inicio de otro calvario mayor. El frente iba retrocediendo, Fidel Martínez acabó otra vez en Asturias, en Peña Ubiña, durmiendo por las cabañas, hasta la rendición, en Fierros. El viaje hasta la cárcel de León, en un tren de ganado,ya fue una odisea. “Paramos en Villamanín y nos metieron en la iglesia. Los de Olleros fuimos para la sacristía y eso nos salvó la vida pues cada poco entraban, sacaban a los que estaban más cerca de la puerta, sin preguntar nada, les quitaban la ropa y a los pocos segundos escuchábamos los disparos de fusilarlos”.
Así llegó al campo de concentración de San Marcos.
- Me salió a buscar mi sobrina Pilarina, con pan, chocolate y un duro. Lo primero que hicieron en San Marcos fue quitarnos el pan, el chocolate y el duro. Y la ropa. Nos dejaron medio desnudos.
- Nos metieron en la carbonera. Éramos 67 en un sitio de 8 metros de largo por 3 de ancho. Dormíamos unos encima de los otros. Así estuvimos 8 días, que la gente mayor empezó a caer muerta de asfixia. En una noche de calor cayeron 12, no había quien respirara. Pedimos auxilio a gritos: “¡Guardia, que aquí hay 12 muertos!”.
-¿Y cuántos sois?
-67.
-Pues cuando hayan muerto 66 volvéis a llamar.
Tan mal se pusieron las cosas que, recuerda, llego ‘un tal Valero’, “que lo teníamos por malo y nos dijo: Esto no es humano, voy a meteros barriles de agua para que os refresquéis y bajo mi responsabilidad os digo que sí a las 10 de la mañana no se abre la puerta la tiro. Se abrió la puerta, pero ya había 12 muertos”.
Sus recuerdos de esta etapa son realmente terribles:
- En las celdas no había servicios. Había un zambuyo, un bidón cortado al medio, allí hacíamos las necesidades y al lado dormíamos.
- Al salir de la carbonera, se te levantaba un trozo de piel y si tirabas salía toda la piel del dedo. Se nos cayeron las cejas, las pestañas, el pelo del sobaco.
- Si caías enfermo te daban una aspirina pero te quitaban el chusco de pan. No te quejabas, claro.
- A untal Pitillo, de Villablino, le dieron una paliza y le hicieron unas cejas con el machete. Al Kaiser de Alejele dieron un culatazo y tenía una infección llena de pus en el codo, le meábamos en la herida para que curara.
De San Marcos pasó a la Provincial de León (“de allí salían todos los días presos y los mataban en el Portillo, cara al sol, decían ellos. Muchos se tiraron por el hueco de la escalera y allí se usó hasta el garrote vil y dejaban a la gente de la calle entrar a presenciarlo, como un espectáculo”); a Valencia de Don Juan unos mesesy un año a Burgos: “Estábamos 5000 en una prisión de 1000. Al salir al patio no nos dejaban sentarnos cogí una descomposición terrible y si sigo allí tres días más me muero, me mandaban paquetes unas tías de Barruelo de Santullán y ni lo podía comer pese al hambre”.
Figueirido y Oviedo, donde ejerció de ayudante de un enfermero de Pola de Gordón, Diego Carruelo, que realmente era veterinario y, finalmente, la libertad. “Estuve en la cárcel 6 años, 2 meses y 12 días. Me había salido pena de muerte, después me bajaron a 30 años y un día, después me conmutaron a 12 años y luego cumplí 6, pero tenía miedo a salir de la cárcel y volver, a las represalias, a ser una carga para mi padre, que estaba jubilado y cobraba 90 pesetas por lo que mi madre tenía que pedir”.
Regresó al Valle. Tuvo algún problemas por las denuncias. “Se checó a mucha gente. A mí y a otros tres (los difuntos Florentino, Argimiro y Corral) uno que había sido muy amigo mío antes de la guerra nos denunció porque decía que nos reuníamos para hablar mal del Régimen. Nos llevaron al Cuartel y dijo el policía.
-¿Qué queréis, dar un golpe de Estado?
-A cachaba, no te jode.
“Otra vez se presentaron a media noche en casa buscando al maquis Ramos... pero fuimos tirando”, recuerda, como no olvida el miedo que tenía su padre a que fuera todos los días a cortejar en La Ercina, por el monte. “Un día te matan, me decía, pero yo le contestaba que no hacía mal a nadie, que trabajaba como un perro en la mina”.
- La juventud me la robaron en la cárcel, la vida en la mina... y a pesar de todo, sigo aquí.
Puntos:

Tema (Autor) Ultimo Mensaje Resp
Telefónica ficha al marido de Soraya Sáenz de Santamaría como asesor jurídico internacional Por: riancho perez 22-03-12 20:58
riancho perez
0
COMO ANDA EL PATIO CON TANTO PARO Por: No Registrado 09-11-10 21:20
No Registrado
0
a pagar como chinos Por: No Registrado 10-02-10 23:43
No Registrado
3
Estamos todos Psicologicamente dominados Por: No Registrado 07-10-09 12:54
No Registrado
1
Simulador Plusvalia Municipal - Impuesto de Circulacion (IVTM) - Calculo Valor Venal
Foro-Ciudad.com - Ultima actualizacion:08/08/2020
Clausulas de responsabilidad y condiciones de uso de Foro-Ciudad.com